Se dice que la astronomía es la ciencia más antigua, la astronomía es el estudio sistemático del movimiento de los astros.
Las estructuras megalíticas de Stonehenge de hace más de 5,000 años con monolitos de 40 toneladas en promedio y alineadas con los solsticios, montados por grupos que no conocían la escritura nos parece increíble.
Se han encontrado huesos con muescas que indican las fases de la luna con una antigüedad de decenas de miles de años, igualmente en las pinturas rupestres de Lascaux, Francia de hace 17,000 años podemos observar la representación de las Pleyades, (cúmulo de estrellas conocido como las siete cabrillas) junto a la cabeza de un toro, en una noche estrellada podemos encontrar éste cúmulo junto a la constelación del Toro.
Cualquier persona puede argumentar que las constelaciones del zodiaco que conocemos no son de hace 17,000 años sino mucho más recientes, y efectivamente, cada cultura contaba con diferentes mitologías y éstas estaban representadas en las constelaciones estelares, por ejemplo la Osa Mayor de los antiguos griegos es el gran cucharón en las culturas anglosajonas, o un carruaje para la cultura china y una procesión para la egipcia. Sin embargo cabe hacer notar que algunas constelaciones se repiten en diferentes culturas y es que si las vemos con atención no es difícil imaginar un animal en específico, estas constelaciones son el escorpión por su clásico aguijón, el león por su melena y el toro por los cuernos, claro está que se debe tener mucha imaginación, pero estas constelaciones son similares en las culturas del Mediterráneo, de Mesoamérica y en el lejano oriente. Pero debo aceptar que al no dejar registros escritos en éstas pinturas rupestres relacionar los dibujos con estrellas es solo una especulación.
Lo que no es una especulación es cuando encontramos tantas construcciones alineadas con los ciclos solares, ya sean los equinoccios o los solsticios, cualquiera de nosotros podríamos construir un calendario solar con solo la sombra de una estaca. Si marcamos la sombra de la estaca cada día a la misma hora podemos notar que a lo largo de un año las marcas dibujarán una figura en forma de ocho, esto es conocido como el analema del Sol, el ocho estará alargado y hacia los extremos podemos marcar los solsticios, las noches más largas y más cortas del año, y al cruce de las marcas estarán los equinoccios, los días en que las noches duran lo mismo. Si queremos que nuestro calendario solar permanezca para diferentes generaciones entonces deberemos construir marcadores permanentes. Stonehenge, Chichen Itza, Machu Pichu, Tikal, Las pirámides de Egipto, etc. sirven como marcadores solares. Sería demasiada coincidencia que en todas estas construcciones (y muchas más) tengan la alineación a los solsticios como común denominador.
La arqueología se encarga de realizar estos estudios.