La nave espacial Cassini de la NASA ha tomado imágenes de la formación de un pequeño objeto helado dentro de los anillos de Saturno que podría ser una nueva luna del planeta. Llamada informalmente Peggy, es la primera vez que los astrónomos observan algo semejante, aunque desconocen cuál será el futuro del posible satélite.
Las imágenes tomadas con la cámara de ángulo estrecho de la Cassini el 15 de abril de 2013 muestran alteraciones en el borde del anillo Ade Saturno, el más exterior de los enormes y brillantes anillos que luce el planeta. Una de estas perturbaciones es un arco un 20% más brillante que sus alrededores, de 1.200 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho. También han aparecido protuberancias inusuales en el perfil generalmente suave del borde del anillo. Los científicos creen que el arco y las protuberancias son causadas por los efectos gravitacionales de un objeto cercano.
Según explican los investigadores en la revista Icarus, no se espera que el objeto crezca más, e incluso puede estar cayéndose a pedazos. Pero el proceso de su formación y movimiento hacia afuera ayuda a entender cómo las lunas heladas de Saturno, incluyendo Titán, envuelta en nubes, y Encélado, que encierra un océano, pueden haberse formado en los anillos más masivos hace mucho tiempo. También proporciona una idea de cómo podrían haberse formado la Tierra y otros planetas de nuestro Sistema Solar y migrado después lejos del Sol.
No hemos visto nada como esto antes, afirma Carl Murray, de la Universidad Queen Mary de Londres, y autor principal del estudio. «Podríamos estar viendo el acto del nacimiento, donde este objeto está dejando los anillos y comenzando a ser una luna en su propio derecho».
Un mundo de kilómetro y medio
Pero Peggy es demasiado pequeña para ser vista en las imágenes, donde en cambio sí se aprecian las perturbaciones en el anillo. Los científicos estiman que probablemente no tiene más de un kilómetro y medio de diámetro. La lunas heladas de Saturno varían en tamaño dependiendo de su proximidad al planeta, siendo la más grande la que se encuentra más alejada. Y muchas de las lunas de Saturno están compuestas principalmente de hielo, al igual que las partículas que forman los anillos del planeta. Por este y otros motivos, los investigadores creen que las lunas heladas se formaron a partir de partículas de los anillos y luego se movieron hacia el exterior, lejos del planeta, fusionándose con otras lunas en el camino.
«Ser testigo del posible nacimiento de una pequeña luna es un emocionante e inesperado evento», afirma Linda Spilker, del proyecto científico Cassini en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) en Pasadena, California. Según Spilker, la órbita de Cassini se moverá más cerca del borde exterior del anillo A a finales de 2016 y brindará la oportunidad de estudiar a «Peggy» con más detalle y tal vez incluso verla.
Es posible que el proceso de formación de la luna en los anillos de Saturno haya terminado con «Peggy», ya que ahora están demasiadoagotados para crear más lunas. «La teoría dice que hace mucho tiempo Saturno tenía un sistema de anillos mucho más masivo capaz de crear lunas más grandes», apunta Murray. «A medida que las lunas se formaron cerca del borde, agotaron los anillos y evolucionaron, así que las que se formaron más temprano son las más grandes y lejanas».