El Día Internacional de la Población es una fecha implementada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en 1989, un día que amerita que los países analicen la situación de las comunidades del mundo, desde el crecimiento demográfico hasta la calidad de vida.
La llegada de un nuevo miembro a las familias es, para muchos, un momento de fiesta. Sin embargo, más allá de lo que sus parientes pueden proveerle, hay que pensar sobre lo que necesitará de este planeta que estamos acabando. La difícil situación que viven las personas por la carencia de alimento, las decadentes tierras donde habitan, y la falta de recursos económicos y naturales, como el agua, son un tema de debate de todos los días.
Hace un par de años se celebraba la llegada del habitante numero 7 mil millones, por cierto, un récord disputado por tres pequeños que nacieron casi al mismo tiempo. Si nos ponemos a pensar que para producir alimentos se requieren 900 metros cúbicos de agua por persona cada año, imagine entonces, lo que diariamente se destina del vital liquido, sólo para este fin. Lo anterior, sin considerar que para producir carne se requiere de 10 veces más de agua de lo que se necesita para un grano sembrado. Alimentar a tanta gente es un grave problema, la tierra cultivable esta degradada en un 40 por ciento, por la agricultura. El impacto que tiene la población sobre el medio ambiente se concentra en el consumo de los recursos y la producción de residuos y contaminantes. La pobreza, la desnutrición, la deforestación y otros, son dificultades medio ambientales.
Pero, no es ahora que hay tantos en el planeta que se plantean los conflictos por el exceso de gente en el planeta. En 1798, Thomas Robert Malthus afirmó en su teoría que el crecimiento de la población siempre tiende a rebasar la capacidad de producción de los recursos de la tierra. Este estudio generó que otros estudiosos manejaran el tema desde diversas perspectivas, desde lo económico y lo productivo, por ejemplo. A la fecha existen análisis en este sentido.
La conciencia por ayudar a mejorar nuestro ambiente no es sólo levantar la basura que tiramos, adquirir nuevos hábitos o afinar nuestros vehículos, es pensar en cuántos somos en el planeta, en las necesidades que tienen esos nuevos humanos para cubrir sus necesidades, en la cantidad de recursos que habrá de utilizar y, más aun, si habrá los suficientes, o si estarán a su alcance para satisfacerles. Sin duda, las condiciones de un país a otro son muy distintas, la mentalidad y educación, lo son también, pero es un solo planeta y está siendo sobreexplotado; su capacidad para sostener a tal población está rebasándose.
Por eso es que ahora el desarrollo sostenible es muy utilizado y éste tiene que ver con la satisfacción de las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Va en el sentido de que los recursos renovables no se usen más de lo que se generan.
El ser humano es un ser contaminante que de no lograr disminuir el deterioro ambiental que provoca con sus acciones, terminará con el mundo que le ha sido prestado por quienes vienen.