Por primera vez en 35 años, un grupo de científicos pudo confirmar un incremento sostenido y estadísticamente significativo en el ozono estratosférico, el cual protege al planeta de la radiación solar que causa cáncer de piel, daños a los cultivos y otros problemas. Así lo dio a conocer recientemente un grupo de científicos de las Naciones Unidas.
De 2000 a 2013, los niveles de ozono se incrementaron 4% en latitudes medias norte importantes a cerca de 48 kilómetros de altura, de acuerdo con informes de Paul A. Newman, científico de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus sigla en inglés), quien encabezó el estudio que cada cuatro años evalúa la capa de ozono, y en el que participan 300 investigadores.
El químico Mario Molina, nacido en México, dijo que tal hallazgo es una victoria para la ciencia, para la diplomacia, y por “el hecho de que podemos trabajar juntos”. Molina y F. Sherwood Rowland colaboraron en un estudio que preveía el problema de la disminución de la capa de ozono. El trabajo les mereció ganar el Premo Nobel de Química en 1995.
Y es que desde la década de los setenta, la capa de ozono se había hecho más delgada a causa de sustancias conocidas como clorofluorocarburos (CFC), hechas por el hombre y las cuales liberan cloro y bromo.
Desde que los científicos hicieron ver el peligro que ello representaba, diversos países firmaron en Montreal, en 1987, un protocolo relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono (Protocolo de Montreal), para gradualmente suspender el uso de CFC. Ahora los niveles de esos químicos, a una altura de 48 a 80 kilómetros, están descendiendo.
En un reporte previo, las Naciones Unidas había estimado que, sin tal acuerdo, para 2030 se registrarían dos millones de casos más de piel de cáncer al año en todo el mundo.
Paradójicamente, los gases de efecto invernadero, los cuales se considera son los principales causantes del calentamiento global, están ayudando a reconstruir la capa de ozone, según dijo Newman. El reporte indica que los niveles de bióxido de carbono y otros gases que se incrementan, enfrían la estratosfera superior, y el aire más frío aumenta la cantidad de ozono.
A fin de conmemorar el día en que se firmó el Protocolo, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró, el 16 de septiembre, Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, en 1994.
De acuerdo con las evidencias científicas, estamos lejos de la total recuperación de la capa de ozono, la cual se podrá lograr hasta el año 2050, sólo si todos los países se comprometen con las obligaciones adquiridas al firmar el Protocolo.
Si bien los países Latinoamericanos y del Caribe contribuyen con 14% del consumo mundial de sustancias que destruyen la capa de ozono (de acuerdo con información revelada en 1999), los efectos dañinos de su destrucción afectan a todo el planeta y a todo ser vivo que lo habita.
Es por ello que se considera que todas las personas tienen un cierto grado de responsabilidad y pueden apoyar con acciones que ayuden a proteger y conservar la salud y el ambiente