Hace unos días, en el planeta se conmemoro una importante fecha, el Día Mundial para la Conservación de la Capa de Ozono justo el 16 de septiembre, proclamado así en 1994 por la Asamblea General de la ONU. Este año el tema fue “Protegiendo nuestra atmósfera para las generaciones futuras”.
Interesante resulta saber que la capa de ozono es la que permite que al interior de la Tierra exista vida. Sin ella, simplemente no existiría nada. El ozono es una sustancia que tiene la capacidad de absorber la radiación ultravioleta dañina del sol y funciona como un filtro que sólo deja pasar la radiación necesaria para la vida. El ozono es un gas inestable y sensible que se halla de forma natural en la atmosfera, específicamente, en la estratosfera, una zona rica en oxigeno.
Este 2014, se celebran los 27 años del Protocolo de Montreal, que tiene que ver con las sustancias que debilitan la capa de ozono, mismo que fue firmado en 1987. Según la NASA, de no haber existido este compromiso, ya estarían destruidas dos terceras partes de la capa de ozono, 5 minutos al sol serían suficientes para tener quemaduras en la piel y la radiación ultravioleta que perjudica el ADN hubiera aumentado seis veces, por ejemplo. Con esto, las sustancias que afectan la capa se han reducido en más de 1 millón y medio de toneladas anuales.
Los principales enemigos de la capa son el cloro y el bromo, elementos que pueden localizarse en los gases refrigerantes, espumas de poliuretano, extintores de incendios, propelentes de aerosoles y otros. Sin la capa de ozono, la salud de la gente se pone en riesgo y aparecerían más casos de cáncer de piel, el crecimiento de las plantas se frenaría y las especies marinas morirían. Además, ocasionaría más lluvias ácidas, debilitaría el sistema inmunológico, habría más afectaciones a la agricultura y mayores niveles de esmog.
Para lograr que la capa de ozono siga cumpliendo con su natural obligación, es necesario que la gente tome conciencia sobre su importancia y reduzca el uso de los clorofluorocarburos, aquellos gases que la debilitan y que tienen una durabilidad de 50 hasta 100 años en la atmósfera. Es necesario evitar el uso del aerosoles, como los desodorantes, fijadores de cabello, aromatizantes ambientales e insecticidas, busque utilizar otras presentaciones. Identifique los productos que señalan que no dañan la capa de ozono.