En el marco de la cuarta edición de la Aldea Digital 2016, se presentó un robot de servicio llamado Golem, el cual atiende órdenes por medio del sonido de las voces de humanos.
Caleb Antonio Rascón Estebané, investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), explicó que el otorgar a un ente no humano una capacidad auditiva cercana a la de un humano es la mejor definición que puede tener el concepto de audición robótica y, basada en esta premisa, es como su trabajo se desarrolló.
Esta innovación se trabajó en conjunto con el Grupo Golem, el cual es liderado por Luis Pineda, quien se encarga de realizar proyectos científicos en el modelo cognitivo de la interacción entre los humanos y los sistemas computacionales, a través de aplicaciones fijas, sistemas de diálogo, móviles y robots de servicio.
El proyecto más reciente de los especialistas es este robot que lleva el mismo nombre del equipo de investigación y cuyo objetivo no solo es el reconocimiento de la voz, sino el de encarar a las personas.
“Cuando se me invitó a ser parte de este grupo, lo primero que se me dijo fue que querían que el robot encarara a las personas orientándose en la dirección que le hablaran”, señaló Rascón Estebané.
Agregó que el sistema de rotación y localización que Golem posee es lo que le permite pensar al usuario que el robot le pone atención y solo el acto de encarar ya produce un comportamiento más cercano al de un humano, lo que hizo de esta idea llevarlos a dar el siguiente paso: hacer de Golem un mesero.
A través de un experimento, donde integraron la funcionalidad llamada estimación de múltiples direcciones de arribo en un esquema de interacción humano-robot, se siguieron tres estrategias diferentes llamadas de larga distancia contextualizadas, encarar al usuario y detección de múltiples usuarios.
Con estos lineamientos se logró que Golem actuara como mesero en un restaurante de dos mesas y a través de frases como: “Hola, mi nombre es Golem y seré su mesero, avísenme si necesitan algo”, se puso a prueba la capacidad de interacción del robot con los humanos que querían ser atendidos.
“Tenemos un protocolo de comunicación estándar donde los robots hablan y escuchan, no por Bluetooth ni por otros sistemas de interconexión, solo por voz”, expuso Rascón Estebané.
El especialista apuntó que hay otro robot de servicio que desarrolla la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de nombre Justina, el cual también lleva una interacción con humanos.
“La oportunidad que tenemos de emular la habilidad auditiva humana simplificada en un robot nos permite encontrar un poco más de nuestra humanidad”, aseguró el ingeniero.
Uno de los reconocimientos que este proyecto le dio al Grupo Golem es el segundo lugar a nivel mundial en la habilidad de reconocimiento de voz de un robot en este 2016, concluyó el especialista.
El desarrollador adelantó que los futuros avances que se buscan con el robot es que reconozca a varias personas hablando al mismo tiempo y en el cual ya trabajan.