Seguramente ha escuchado eso de que se deben de usar unos zapatos antes de que puedan ser utilizados normalmente y de manera cómoda, a esto se le llama “aflojar” los zapatos. Es algo que incluso los coaches expertos promueven para el uso de los zapatos deportivos. Y esto ocurre debido a que los materiales requieren de
estirarse para permitir su amoldeamiento final.
Bueno, “quemar” es lo mismo, pero para auriculares.
La idea general es que los nuevos audífonos toquen música durante varias horas antes de que alcancen su sonido correcto. Supuestamente lo que logra este proceso es aflojar los diafragmas para alcanzar su óptimo nivel.
Pero, mientras que “aflojar” unos zapatos se encuentra bien documentado, el “quemado” de auriculares se encuentra aún sin explorar a fondo. Los argumentos al respecto van desde la completa indiferencia hasta las discusiones más acaloradas.
¿Qué opinan los creyentes?
Algunos audiófilos piensan que los nuevos auriculares deben pasar primeramente por un proceso de “quemado”. Para ellos, la diferencia entre unos audífonos “quemados” de unos que no lo están, es tal como el día y la noche. Tienen incluso conocimiento específico de cuantas horas de “quemado” requieren cada tipo y modelo de auriculares. Encontrará usted por tanto guías de información detallada de cómo “quemar” adecuadamente cada audífono.
Incluso algunos fabricantes ofrecen tracks especiales de sonido con distintos tipos, como el conocido “ruido rosa” y música para ejercitar el diafragma de los nuevos auriculares. He aquí un track especial que puede utilizar, si usted odia tanto a sus oídos como a los de sus vecinos.
¿Qué dicen los escépticos?
Los escépticos simplemente no se lo creen. Para ellos, toda esta idea son tonterias. Lo más que comentan es que todo esto de la “quemada” es un ejemplo más del “efecto plasebo”: La gente siente que sus auriculares suenan mejor porque en el fondo esperan que efectivamente suenen mejor. Todo se encuentra en sus cabezas no en sus audífonos.
Lo segundo que piensan es que se trata de un grupo de fanáticos de la música queriendo hacerse los inteligentes a través de observaciones pseudo-científicas.
¿Qué dice la ciencia?
Aquí es donde las cosas se vuelven más complejas.
El quemado de auriculares a diferencia de la seguridad del Bluetooth®, se trata de un tema al que los científicos no le prestan mucha atención. (Lo que probablemente sea lo mejor)
No existen muchos datos basados en estudios sobre esto. Sin embargo, existe una persona autonombrada como geek de los audífonos, Tyll Hertsens quien ha puesto el “quemado” a prueba.
El realizó una prueba, que aunque subjetiva puede dar un poco más de luz a este respecto, el simplemente utilizó dos pares de auriculares – uno nuevo y otro “quemado” – sin conocer cual era cual. El trató de esa manera de escuchar alguna diferencia. VER VIDEO
Durante el segundo experimento realizado por Hertsens, el midió la frecuencia de respuesta de un par de nuevos audífonos después de que fueron utilizados por 5 minutos, 25 minutos, 1 hora y hasta 90 horas.
¿Sus conclusiones? No fueron concluyentes. Aunque detectó diferencias, no fueron determinantes como para identificar al “quemado” como concluyentes de esta prueba. En sus propias palabras:
“Estoy totalmente convencido de que aunque existen efectos importantes, la mayoría de los casos en que la gente comenta haber percibido “un cambio dramático” en sus auriculares, resulta de un cambio fisiológico de sus propias cabezas, cambiando y adaptándose al sonido.”
¿Cuál es el veredicto?
El “quemado” de auriculares es una de esas cosas que quedan a consideración de la preferencia del usuario. Es algo como discutir entre el XBOX ONE y el PS4 para saber cuál es el mejor.
Así que aquí hay un idea loca: si el “quemar” sus audífonos es algo destacado para usted, sígalo haciendo. No los estropeará, y puede que en verdad terminen sonando de manera sublime al final.
Por otro lado si no es algo que realmente le importe en demasía, continúe así, sin importarle. Solo desempáquelos, y úselos directamente salidos de la caja y disfrute de su música.