Datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones indican que durante el primer trimestre
de 2018 en México existían 115 millones de líneas telefónicas celulares y que nueve de cada diez personas contaban con un teléfono inteligente o smartphone.
Los teléfonos inteligentes cada día incorporan nuevas aplicaciones para sus usuarios, con esta tendencia Hiram Galeana Zapién, Miguel Morales Sandoval y Javier Rubio Noyola, investigadores del Cinvestav Unidad Tamaulipas proponen el uso de estos dispositivos para la creación de redes vehiculares ad hoc (VANETs) con el objetivo de que los automóviles puedan comunicarse entre ellos de forma segura y sin utilizar la infraestructura urbana instalada.
“El teléfono inteligente jugará un papel más activo en las comunicaciones vehiculares particularmente para compartir información entre nodos móviles, con mensajes de alerta para aplicaciones de seguridad vial; algunos enfoques bien estudiados asumen que existe infraestructura en las ciudades para esa comunicación, pero nuestra propuesta se basa en evitarla o prescindir de ella, porque en algunos casos no existe por su costo”, explico Galeana Zapién.
Los automóviles incorporan cada vez más sistemas computacionales en su operación y con las tecnologías de la información surge el concepto de VANETS; es decir, así como se pueden establecer redes de computadoras para transmitir información, también se pueden diseñar redes vehiculares para compartir datos con el objetivo de resolver diversos problemas.
Con las redes vehiculares los automóviles pueden interactuar entre ellos y eso tiene potencial para diversas aplicaciones, por ejemplo, para lanzar alertas de seguridad vial, tomar decisiones propias e informar a sus conductores sobre acciones a seguir, por ejemplo, para evitar un accidente próximo o en el caso de una ambulancia pueden compartir información con los vehículos de su entorno para delinear un camino.
La propuesta publicada la revista Sensors con el título de “Plataforma basada en teléfonos inteligentes para seguridad y difusión de mensajes de salto múltiple en VANETs”, aprovecha las capacidades computacionales de los teléfonos inteligentes para habilitar aplicaciones de redes vehiculares; estos dispositivos ya son computadoras de propósito general en los que es posible ejecutar cualquier programa y conectar a dos o más automóviles.
En los vehículos el teléfono va a ser el aglutinador de diferentes funcionalidades y en las redes vehiculares va a jugar un papel preponderante, sin dejar a un lado otras aplicaciones o el sistema de navegación de vehículo; servirá como enlace para compartir información con otros vehículos o para establecer una comunicación intravehículo.
La propuesta es que el teléfono permita o sea el enlace para compartir información entre los dispositivos del automóvil y con otros vehículos con la característica de que no dependa de la disponibilidad de infraestructura urbana o puntos de acceso para compartir esa información, porque la realiza de manera directa entre vehículos.
“El paradigma de la comunicación vehículo a vehículo ya es bien conocido en la literatura, pero la innovación principal de esta propuesta es presentar una prueba de concepto con el objetivo de observar la factibilidad utilizar el teléfono para diseminar la información y validar si lo podría hacer manera segura, sin depender de infraestructura urbana”; sostuvo Morales Sandoval.
En este esfuerzo, para alcanzar zonas de interés más amplias los investigadores proponen una comunicación multisalto, es decir, en un congestionamiento vehicular la comunicación de un solo salto se realiza entre dos vehículos, pero en la multisalto un mensaje se puede replicar del vehículo que lo recibió a otro y a otro, así la información pueda tener una diseminación de más alcance en un área de mayor relevancia para la aplicación ejecutada por la red vehicular.
Para garantizar la seguridad al usar teléfonos inteligentes se utiliza un algoritmo que verifica la autenticidad de los mensajes, porque en los sistemas de información siempre hay amenazas o atacantes con interés de conocer datos sin autorización de acceso, con el fin de crear ataques para modificar datos o pasar por nodos o vehículos auténticos de la red con el objetivo de sabotearla.
Siguiendo con el ejemplo de la ambulancia que puede informar a los vehículos alrededor sobre su ruta, algún usuario podría hacerse pasar por un vehículo de emergencia y sacar ventaja de eso, es decir, fingir ser una entidad diferente y aprovecharse de la aplicación para conseguir un beneficio.
En países desarrollados las redes vehiculares van a tener un papel muy importante, en México la idea es que las ciudades más grandes empiecen a ver las múltiples posibilidades que ofrecen y para materializarlas se propone aprovechar las bondades de los teléfonos inteligentes, ya disponibles en la mayoría de usuarios, porque no requieren de grandes costos para habilitar aplicaciones de este tipo y usar sus ventajas.