LISBOA, 4 de noviembre 2021.--- La inteligencia artificial (IA) se posiciona esta semana en Lisboa durante el Web Summit como una tecnología "revolucionaria" con un potencial
inmenso en campos como la salud, el medioambiente o el trabajo, pero que, a su vez, despierta muchas inquietudes.
Salud: prevenir las crisis cardíacas
Después de sufrir un infarto de corazón en mayo de 2019, mientras entrenaba, el exportero del Real Madrid, Iker Casillas, no dudó en invertir en la empresa emergente del sector médico Idoven, y convertirse en su principal embajador.
Casillas "era consciente de que la tecnología podía ayudar en la lucha contra esta dolencia", explica a la AFP Manuel Marina Breysse, fundador de esta empresa especializada en aplicar la inteligencia artificial a la cardiología.
"Hay un muerto cada dos segundos en el mundo por paro cardíaco, para cambiar esto hay que desarrollar nuevas tecnologías, como programas de inteligencia artificial capaces de ayudar al cardiólogo en su diagnóstico", detalla Marina Breysse.
Idoven, que funciona gracias a un "cloud" (informática desmaterializada), permite a los cardiólogos analizar con más precisión la inmensa cantidad de datos que proporcionan los electrocardiogramas y, sobre todo, predecir los riesgos de arritmia cardíaca.
"Fuimos el primer equipo en el mundo capaz de hacerlo", señala Marina Breysse, que busca expandirse en un mercado internacional estimado en más de 10.000 millones de euros anuales.
Desde que fue fundada en 2018, esta empresa con sede en Madrid ha visto sus ingresos multiplicarse por cinco en menos de cuatro años.
Medioambiente: luchar contra el desperdicio
Un estudio de la Universidad de Massachusetts afirma que desarrollar un sistema de inteligencia artificial supone cinco veces las emisiones de gases de efecto invernadero de un coche durante toda su vida útil.
Sin embargo, empresas emergentes como la británica Greyparrot, fundada en 2019, buscan usar la IA para reforzar la protección del medioambiente y luchar contra el desperdicio de recursos.
Dotada de un programa que identifica los diferentes tipos de desechos, Greyparrot busca optimizar la gestión automática del reciclaje selectivo y detectar los materiales que las máquinas actuales no pueden identificar.
La tecnología de "machine learning" (aprendizaje automatizado) recoge los datos de los desechos para diferenciar entre cristal, papel, cartón, periódicos y latas de conservas, así como los distintos tipos de plásticos.
"A partir de millones de puntos de recogida de datos, podemos actualmente reconocer más de 49 categorías de desechos", explicó Ambarish Mitra, cofundador de Greyparrot, durante una conferencia en el Web Summit.
Trabajo: ¿la era del "bien estar"?
¿Pone la IA en riesgo a miles de trabajadores por el desarrollo de la tecnología?
Al contrario, más bien es un factor de "bien estar" dentro de los equipos, afirma un estudio realizado con 2197 directivos de 106 países por la consultora Boston Consulting Group y el MIT Sloan Management Review, que se dio a conocer en Lisboa.
El 78% de las empresas que usan la IA de forma "eficaz" han visto como la moral de sus equipos mejoraba, mientras que el 51% constatan una mejora en cuatro aspectos: entusiasmo, colaboración, aprendizaje colectivo e identificación de roles.
"La IA les ahorra las tareas con poco valor añadido", al tiempo que refuerza los puntos fuertes de la actividad humana "como la gestión de la ambigüedad o de la empatía", detalla a la AFP François Candelon, asociado senior de Boston Consulting Group, y coautor del estudio.
"Tradicionalmente, un analista necesita entre 40 y 90 minutos para tratar un documento, determinar si contiene información susceptible de interesar a sus clientes, localizarla e introducirla en el sistema", explica Douglas Hamilton, vicepresidente asociado en Nasdaq, la bolsa de Nueva York, citado en el estudio.
A día de hoy, gracias a la IA, el mercado bursátil estadounidense analiza 6.000 documentos cada 3 minutos.