ESPAÑA 8 de marzo 2022.- Según el Organismo Internacional de Energía Atómica, el personal que opera las centrales nucleares debe desempeñar su trabajo y tomar las decisiones sin
presiones, y también tiene que haber una comunicación fiable. Ninguno de los dos puntos se cumple en la central de Zaporiyia tras su ocupación por las fuerzas rusas.
Ucrania ha informado al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que, aunque la plantilla seguía operando la central nuclear de Zaporiyia –la más grande de Europa–, su personal directivo está ahora bajo las órdenes del comandante de las fuerzas rusas que tomaron el control del emplazamiento la semana pasada.
El país invadido también señala que cualquier acción del personal que dirige la central –incluidas las medidas relacionadas con la operación técnica de las seis unidades de reactor– requiere la aprobación previa del comandante ruso.
Así lo ha comunicado este domingo el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, quien ha expresado gran preocupación por este hecho, ya que contraviene uno de los siete pilares indispensables de la seguridad nuclear.
En concreto, el tercero, que establece: “El personal de operación tiene que poder desempeñar sus funciones en materia de seguridad tecnológica y física y tener la capacidad de tomar decisiones sin presiones indebidas”.
En un segundo acontecimiento grave, Ucrania también ha notificado que las fuerzas rusas que ocupan la central han desconectado algunas redes móviles e internet, de modo que no se puede obtener información fiable desde el emplazamiento a través de los canales normales de comunicación.
Así lo ha confirmado el regulador nuclear ucraniano, que ha informado al OIEA que ha empezado a tener importantes problemas de comunicación con el personal de operación de la central nuclear de Zaporiyia.
Menos de 24 horas después de afirmar que había podido mantener las comunicaciones con la mayor central nuclear del país, la autoridad reguladora de Ucrania ha reconocido este domingo que las líneas telefónicas, así como el correo electrónico y el fax, han dejado de funcionar. La comunicación por teléfono móvil seguía siendo posible, pero con mala calidad.
Necesidad de comunicaciones fiables
Esto contraviene otro de los siete pilares indispensables de seguridad nuclear, el séptimo: “Debe haber una comunicación fiable con el regulador y otras entidades”.
“Estoy extremadamente preocupado por estos acontecimientos. Apenas unos pocos días después de que presentara a la Junta del OIEA los siete elementos principales de la seguridad nuclear tecnológica y física, varios de ellos ya se ven comprometidos”, ha advertido Grossi.
“Para poder operar la central de forma tecnológica y físicamente segura, el personal directivo y el de plantilla deben poder desempeñar sus funciones vitales en condiciones estables, sin interferencias ni presiones externas indebidas”, subrayó.
“Y el deterioro de la situación en cuanto a las comunicaciones vitales entre el regulador y la central nuclear de Zaporiyia –añadió–, también es una fuente de profunda preocupación, especialmente durante un conflicto armado que puede poner en peligro las instalaciones nucleares del país en cualquier momento. Las comunicaciones fiables entre el regulador y el operador son una parte fundamental en la seguridad nuclear tecnológica y física”.
Pese a los problemas de comunicación, el regulador ha podido facilitar información actualizada sobre el estado operacional de la central nuclear de Zaporiyia y confirmar que los niveles de radiación en la central seguían siendo normales. De los seis reactores, la unidad 1 está en mantenimiento programado hasta mediados de 2022, la 2 funciona ahora a plena capacidad, la 3 está en estado de parada fría, la 4 funciona casi a plena capacidad, la 5 se está enfriando para pasar a un estado de reserva fría, y la 6 está en parada fría.
Según el regulador ucraniano, actualmente ocho de los 15 reactores de Ucrania están en operación, incluidos los dos de Zaporiyia.
Los responsables destacan el hecho positivo de que los equipos de operación de esta central estén trabajando ahora en tres turnos rotativos. No obstante, hay problemas con la disponibilidad y el suministro de alimentos, medicamentos y piezas de repuesto, lo que está teniendo un impacto negativo en la moral del personal, según el regulador.
Situación en Chernóbil
Sus responsables también han informado que tenían problemas para comunicarse con el personal de la central nuclear de Chernóbil, y que por el momento solo era posible mediante correos electrónicos. Las fuerzas rusas también han tomado el control de este emplazamiento, en el que se produjo el accidente nuclear de 1986, uno de los mayores de la historia. Actualmente su personal, que se compone de más de 200 técnicos y guardias, aún no ha podido trabajar de forma rotativa desde el 23 de febrero.
Grossi, ha subrayado en repetidas ocasiones la importancia de que el personal de operación pueda descansar para llevar a cabo su importante labor de forma tecnológica y físicamente segura: “Hago un llamamiento a quienes tienen el control efectivo de la central nuclear de Chernóbil para que permitan inmediatamente al personal allí presente trabajar de forma rotativa en aras de la seguridad”.
El director general del OIEA ha reiterado su disposición para viajar a Chernóbil u otro lugar con el objetivo de obtener el compromiso de las partes en el conflicto en Ucrania con la seguridad tecnológica y física de todas las centrales nucleares del país.
Otros hechos preocupantes
Otro hecho que preocupa a las autoridades es que también se ha perdido la comunicación con todas las empresas e instituciones de la ciudad portuaria de Mariupol que utilizan fuentes de radiación, y no hay información sobre su estado, según el regulador. Este material radiactivo puede causar graves daños a las personas si no se mantiene en condiciones de seguridad y se gestiona adecuadamente.
Además, este lunes Ucrania también comunicó al OIEA que una nueva instalación de investigación nuclear que produce radioisótopos para aplicaciones médicas e industriales había sido dañada por bombardeos en la ciudad de Járkov. Afortunadamente este incidente no ha causado ningún aumento en los niveles de radiación en el emplazamiento.
“Debemos actuar para ayudar a evitar un accidente nuclear en Ucrania que podría tener consecuencias severas para la salud pública y el medio ambiente: no podemos permitirnos el lujo de esperar”, ha subrayado Grossi.