Por: Sergio R. Quesada
Es difícil imaginar lo que era vivir en el pasado, cuando no se contaba con los adelantos tecnológico con los que contamos en la actualidad, con los conocimientos científicos que ha logrado la raza humana en el poco tiempo de haber poblado nuestro planeta. Sin lugar a dudas éstos descubrimientos y desarrollos fueron impulsados por una enorme curiosidad que nos distingue de otras especies, a excepción quizá de los gatos que en todo indagan.
A mediados del siglo pasado los periódicos anunciaban sobre los primeros satélites artificiales, sobre la carrera espacial, los lanzamientos de cohetes, recuerdo que veía con mi hermano por las mañanas en la televisión, y me tocó ser testigo también de muchos de los fracasos de ésta carrera hacia la conquista del espacio, las primeras transmisiones televisivas vía satélite. La división política era diferente, los Estados Unidos rivalizaban con la Unión Soviética, que ya no existe, por los mayores logros en el espacio, así se anunció el lanzamiento del primer cosmonauta en el espacio, la primera mujer en órbita de la Tierra, la primera caminata espacial y por supuesto la llegada del hombre a la Luna.
Lo que quiero decir es que una vez que llegó el hombre a la Luna ya no fue lo mismo mirar hacia nuestro único y hermoso satélite natural, las historias que escuchábamos o leíamos sobre una luna habitada, una Luna hueca o si en realidad la luna es de queso quedaron en ese preciso instante obsoletos. Las nuevas generación, las que nacieron después de la conquista del espacio con satélites de comunicaciones, meteorológicos, espías, de exploración, telescopios espaciales etc. no pueden imaginar lo que era mirar hacia arriba lleno de preguntas sobre cómo será el futuro cuando el hombre logre llegar a otro cuerpo en el espacio.
Apenas hemos comenzado a adentrarnos en el espacio, pero en ese poco tiempo hemos aprendido mucho, y queda mucho por aprender. Ya se han enviado naves a fotografiar de cerca todos y cada uno de los planetas del Sistema Solar, ya se han posado robots en las superficies de Venus y Marte y hasta de un satélite de Saturno, Titán, lo mismo que en asteroides e impactado con cometas. No puedo voltear al cielo sin pensar que algún día podremos, como especie, viajar hacia los confines de nuestro sistema planetario, no será nada fácil pero confío en que se resolverán los problemas. Lo que no puedo hacer ahora que miro el espectáculo de la Luna junto a Júpiter es observarlas con la inocencia con la que miraba la Luna en mi niñez.
Pero si es difícil imaginar cómo era vivir en el pasado, más difícil es imaginar hasta donde será capaz el hombre de conocer sobre el Universo en el futuro, si algún día podrá responder a preguntas tan antiguas como si ¿hay vida más allá de la Tierra?, ¿Cómo se generó la vida en la Tierra?, ¿Podemos utilizar la energía sin afectar nuestra ecología? Y para mí la más intrigante, ¿el hombre evolucionará en una especie superior? ¿Cómo sería esta especie?
@Sergio Universo