De visita en ciudad de México, la cantante de música regional, la sonorense
Jessy Miranda, confesó un sueño: llegar al festival internacional de la música en Viña del Mar como una voz consagrada.
“Trabajo para alcanzar ese sueño”, dijo Miranda en entrevista durante un encuentro con un grupo de reporteros en un conocido hotel de la capital mexicana, en donde compartió los frutos de su carrera musical y dio algunos detalles de sus orígenes musicales.
Contó que desde los cuatro años, descubrió su amor por la música y el canto. De “cantante, tarolera, baterista y ex payasita”, Miranda alcanza notoriedad internacional a raíz de su destacada participación en la tercera edición de La Voz México, donde logra la guía de nada menos que David Bisbal.
Ahora, y como parte del elenco de la compañía Jikama Brand, Miranda lanza su tercer título “Desde abajo”, que incluye el tema “Los besos no se piden”, constituido por 11 temas que van desde rancheras, cumbias, norteñas y banda. La producción estuvo a cargo de Ariel Barrera y se produjo en Los Mochis, Sinaloa.
Convencida de que “mi sello es mi voz”, una que de niña y aún adolescente, muchos consideraban como un timbre masculino, Miranda está convencida de que con trabajo, disciplina cotidiana la ayuda de Diosito, podrá llegar un día hasta el afamado balneario chileno de Viña del Mar, pero ya como una “voz consagrada”.
“Pido cantar”, eso dice esta artista nacida en octubre de hace 27 años en Hermosillo y que está tratando con enjundia norteña de colocarse en el firmamento internacional de la música. Al igual que todos, dice, los artistas somos de “carne y hueso”, pero está convencida de que un día será aclamada en el festival de la canción internacional de Viña del Mar.