México, 17 de mayo 2022.- Tras vivir una ovación asombrosa durante ocho minutos en el Festival de Cannes del 2021 y ser galardonada
con el Premio al Valor, de la selección “Un Certain Regard”, la ópera prima de la cineasta rumana-belga Teodora Ana Mihai, “La civil”, alista su estreno en las salas de México extendiendo su recorrido internacional para encontrarse de frente a la audiencia nacional, que a partir del 19 de mayo, se adentrará a la dolorosa odisea de “Cielo”, una desesperada madre quien, en busca de su hija “Karen”, emprende una investigación que desenmascara al fallido sistema de justicia en nuestro país.
En entrevista con EL INFORMADOR, Teodora Mihai relata cómo es que “La Civil”, protagonizada por la actriz Arcelia Ramírez, marca un diálogo sensible, preciso y urgente sobre la violencia que azota a México, evidenciando desde la ficción y la realidad, cómo las mujeres son trastocadas por la corrupción y la falta de empatía de las autoridades, entre otros factores.
“La película tuvo un éxito internacional, porque la historia es muy universal, en cada cultura se puede entender la búsqueda desesperada de una mamá para encontrar a su hijo, hija. Creo que existencialmente, uno de los miedos más grandes que todos tenemos en cualquier país, es perder a un hijo. Mundialmente la gente empatizó con ‘Cielo’ y su historia mucho más allá de las fronteras y la política social”.
Teodora Mihai recuerda que “La Civil”, escrita junto a Habacuc Antonio de Rosario, comenzó a gestarse hace siete años desde diversas perspectivas, partiendo de su investigación para entender la violenta transformación de México, pero particularmente tras conocer casos como el de Miriam Rodríguez, madre y activista mexicana que fue asesinada, el 10 de mayo de 2017, el Día de las Madres, tras rastrear durante años y lograr la captura de los secuestradores y asesinos de su hija Laura, desaparecida en 2012. Ante historias como la de Miriam y Laura, y de miles de familias fracturadas por la violencia, “La Civil” se convierte en un espejo de la realidad de mexicana y una radiografía sobre lo que implica la esperanza ante un país colmado por las desapariciones forzadas.
“La película es de ficción, no es la historia de una persona en específico, es una inspiración. Lo que quisimos con la ficción fue lograr levantar la historia a un nivel metafórico, no mostrar el dedo ni un Estado ni persona ni un grupo o político, sino mostrar que es un problema, una herida que tiene México, que es muy dolorosa”.
El momento clave
Teodora Mihai —directora del multipremiado documental “Waiting for August”— enfatiza su amor por México y cómo desde hace décadas lo ha recorrido descubriendo sus bellezas culturales, pero también reconoce cómo fue encarar los riesgos de seguridad, pues si algo la marcó fue escuchar recomendaciones sobre que tenía que resguardarse en casa a partir de las siete de la noche.
“Eso me impactó. Viviendo en ese momento la realidad mexicana, mi cerebro fue haciendo vínculos, me pregunté cómo es crecer en México, cómo es ser adolescente, papá o mamá, que les vas diciendo a tus hijos, cómo vas llevando la vida cotidiana, eso fue la semillita”, apunta la cineasta al recordar cómo fue encontrarse con el testimonio de esta madre buscadora de justicia: “Ella me compartió ‘al abrir los ojos: ¿qué siento, ganas de matar o ganas de morir? Es lo que siento cada mañana’, para mí esa frase fue icónica, fue el momento en que hice un clic en mi cabeza, sentí la necesidad de comprender”.