EEUU, 16 de julio de 2024 ::: Corría el año 2017 cuando el actor australiano Hugh Jackman protagonizó “Logan”,
película en la que, juraba, interpretaría por última vez al personaje que le había dado una fama inmensa: “Wolverine”.
Habían pasado siete años desde que el histrión se metió en la piel del mutante, un personaje emanado de los cómics al que quedó (y sigue) ligado de forma eterna. Para Jackman, aquella película significaba una puerta de salida, mientras que para los fans era una dolosa pérdida.
Pero en un giro de tuerca digno de Hollywood, llegó la propuesta de “revivir” al personaje para hacerlo protagonizar al menos una película más, ahora al lado de “Deadpool”, otro héroe emanado de los cómics de Marvel, en este caso interpretado por Ryan Reynolds.
A unos días del estreno de “Deadpool & Wolverine” (el 25 de julio), la cinta está convertida en una de las que más expectativa levanta de cara al verano. Y la pregunta que permanece que se le hace al actor en cada encuentro con los medios es la misma, ¿qué lo hizo volver al personaje?
Para muchos, la clave está en el instante en que Disney adquirió los estudios Fox, que poseían los derechos de los personaje de “X-Men”, donde pertenecen tanto “Wolverine” como “Deadpool”.
La compra implicaba que el personaje de “Wolverine” ahora podría existir en el mismo universo cinematográfico que “Capitán América”, “Iron Man” o “Thor”; algo que para Hugh era sencillamente irresistible y la cereza en el pastel llegó de la mano de Ryan Reynolds, quien insistió en sumar a Jackman a las películas de “Deadpool”.