“Contraataque”, la película mexicana que conquista Netflix con su historia de acción

México, 06 de marzo 2025 ::: A menos de una semana de su estreno, Contraataque, la nueva película mexicana de

acción, se ha convertido en un fenómeno en Netflix. La cinta ha alcanzado el primer lugar en el ranking de la plataforma en México.

 La historia sigue a un escuadrón de élite que, tras impedir el secuestro de una madre y su hija a las afueras de una escuela, es emboscado por un grupo criminal. Protagonizada por Luis Alberti y César Antulio, la película se distingue por su ritmo vertiginoso y su representación de las fuerzas especiales mexicanas.

Uno de los actores clave en el filme es Luis Curiel, quien interpreta a “Pollo”, el miembro más joven del equipo. Curiel, reconocido por sus participaciones en Control Z y El Rey: Vicente Fernández, aporta energía y camaradería a la escuadra. En entrevista con El INFORMADOR, compartió su experiencia en la película y el impacto que ha tenido en el público.

El rotundo éxito de la cinta tomó por sorpresa al equipo de producción. Para Luis Curiel, el cariño del público ha sido abrumador.

"Nos sentimos muy contentos y también muy sorprendidos de toda la repercusión, de todo el cariño que nos han mostrado a través de las redes sociales, de cómo están en contacto con nosotros, ver videos de las personas reproduciendo la película por tercera vez, por cuarta vez, del impacto que están generando los personajes, de cómo se encariñan con cada uno de nosotros, con la historia en general, es una maravilla. Sabíamos que estábamos haciendo una gran película, pero el alcance que está teniendo nos está sorprendiendo muchísimo"

Para dar vida a su personaje, Curiel se sometió a un exigente proceso de preparación que incluyó diez semanas de entrenamiento previo al rodaje, el cual tuvo una duración de aproximadamente seis semanas y media. Su formación abarcó artes marciales y una inmersión en el trabajo de las fuerzas especiales.

"Fue desde entrenamiento de artes marciales, tuvimos un coach que estuvo trabajando con nosotros en nuestra mentalidad de vernos como un equipo, de sentirnos como una célula. Luego tuvimos una semana en cuartelados con las fuerzas especiales, que fue una experiencia maravillosa. Ese momento fue lo que determinó que realmente nos sintiéramos cercanos a nuestros personajes y que nos viéramos y nos reconociéramos como soldados. Porque al ver que los rostros de las fuerzas especiales mexicanas se parecían a nosotros, tenían nuestros cuerpos, nuestras estaturas, nuestros rostros, dijimos: 'Claro, somos nosotros y podemos darle vida a esta historia’".

Curiel también destacó el trabajo de construcción emocional de su personaje, al que dotó de un trasfondo más profundo que el planteado originalmente en el guion. Un ejemplo de esto es la escena de los tenis, que en principio consistía en apenas una línea de diálogo, pero que el actor transformó en un momento significativo para la historia.

"Te puedo contar que la escena de los tenis no era así, era solo una línea, prácticamente una o dos líneas. Le dimos un trasfondo. Y toda esa vida estaba atrás de esas líneas. Le platicamos la idea al director y resultó esa escena que a mí me parece una gran escena y con la que están conectando muchas personas. Eso es lo que pasa cuando se trabaja en equipo, cuando hay cooperación, cuando tenemos un director como Chava Cartas, que nos escucha, que nutre y fomenta la creatividad de cada uno de nosotros y que la permite en el set. Entonces, fue maravilloso trabajar con sus compañeros, con Chava y con toda la producción".

Si bien Contraataque es una película de acción, su trama va más allá de los enfrentamientos y disparos. Para Curiel, la historia refleja las vivencias de quienes arriesgan su vida diariamente en las fuerzas armadas, sin entrar en juicios sobre lo bueno o malo, sino mostrando su realidad.

"Fue maravilloso, despertó en mí este espíritu patriota de sentirme orgulloso de esta nación, de pertenecer a esta gente, de estar con las diferentes tropas a las 5 de la mañana en la explanada y ver todo el ritual de izar la bandera y de cantar el himno nacional. Era muy inspirador. Es un estilo de vida que estamos muy distantes de comprender. Son personas que están al borde de la muerte muchos días de sus años, que tal vez van, pero no saben cuándo regresan, que la incertidumbre es parte de su cotidianidad".

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