México, 12 Sep.- Como desde hace una década, este año se realizará el desfile los Alebrijes Monumentales y los capitalinos podrán admirar el 21 de octubre próximo el recorrido que las casi 200 coloridas esculturas populares realizarán por las calles del Centro Histórico.
A partir de las 12:00 horas de ese día, las enormes figuras surrealistas elaboradas con cartón, papel, madera y otros materiales iniciarán su recorrido en el Zócalo, para continuar por las avenidas 5 de Mayo, Juárez y Paseo de la Reforma, hasta llegar a la Glorieta del Ángel de la Independencia.
Luego del desfile, los Alebrijes Monumentales permanecerán en exhibición hasta el domingo 5 de noviembre en las aceras norte y sur de Paseo de la Reforma, entre las glorietas del Ángel de la Independencia y de la Diana Cazadora.
El desfile de los Alebrijes es una fiesta organizada por artesanos de todo el país y por el Museo de Arte Popular, que además se encarga de exponer las piezas más destacadas en Reforma para que los capitalinos admiren, de manera gratuita, las majestuosas obras de arte en forma de seres imaginarios.
Los tamaños van de los dos metros de alto, 1.80 metros de ancho y 1.80 metros de largo, como mínimo, y de los 2.60 metros de alto, 2.30 metros de ancho y ninguna restricción de largo, como medidas máximas, por motivos de movilidad.
El alebrije es una artesanía mexicana elaborada de cartón, papel o madera con diferentes técnicas para su modelado y creación; pueden tener forma de animales, plantas u objetos, quizá de todos, pero decorados con imaginación y creatividad.
Don Nancho y su familia, ciento por ciento tepiteña, llevan muchos años dedicados a la elaboración de alebrijes, a los cuales consideran como sus "carnales", pues surgen de sus sueños y de su creatividad, manifestados a través de sus manos y plasmados en papel periódico y alambre.
El septuagenario se dijo orgulloso de su talento y de su trabajo, pero lamentó que las nuevas generaciones ya no se interesen por esta actividad, y aunque reconoce que no deja ganancias, sí le da mucho orgullo, pues se trata de una tradición muy mexicana.
Señaló que no invierte mucho dinero en la elaboración de sus figuras, pues los fabrica con cartón y papel que junta de los basureros o que le regala la gente de los comercios de la zona.
"Casi nomás es de gusto, por satisfacción propia y de mis hijos y algunos nietos que se lo toman como pasatiempo; yo no gano nada. Lo que sí le puedo decir es que se me hincha el corazón cuando la gente se sorprende y alegra al ver mis figuras terminadas", expresó.
De acuerdo con el sitio www.amo-alebrijes.com, fue Pedro Linares López, nacido el 29 de junio de 1906 en la Ciudad de México, quien dio vida y nombre a estas criaturas.
El mismo Linares contó que cuando tenía 30 años enfermó y perdió la conciencia, y al borde de la muerte, como él se pensaba, tuvo un extraño sueño en el que se vio dentro de un bosque donde vivían seres extraños y fantásticos que le acompañaron por un largo camino hasta recuperarse.
Dijo que dentro de su somnolencia escuchó a estas criaturas gritar el nombre de "Alebrijes", por lo que dedujo que era el nombre que le pedían les otorgara.
Luego de hacerlo, el hombre recobró la conciencia y dedicó su vida a moldear con trozos de papel las figuras que vio en su mente, que iban desde burros con alas, leones con cabeza de perro hasta gallos con cuernos de toro.
Así, este cartonero llevó sus figuras a Estados Unidos y a Europa, y en 1990 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, gracias a sus años de trabajo y en reconocimiento por mantener y conservar las tradiciones populares mexicanas.
Pedro Linares murió el 26 de enero de 1992, pero sus hijos continúan con el legado, al igual que los artistas y artesanos de todo el país.
Según el sitio, en la región de Oaxaca son muy populares los alebrijes, aunque allí se mezcla la técnica del tallado de la madera propio de la región con el procedimiento creado por Pedro Linares.
Actualmente, los alebrijes son figuras que pueden encontrarse en todo el territorio nacional, sin mencionar que muchas piezas son enviadas a diferentes países del mundo como objetos representativos del arte tradicional mexicano.