Muestra de un kilómetro de Paseo de las Ánimas

CULTURA3

Actividades como el Paseo de las Ánimas -muestra de altares del Día de Muertos de más de un kilómetro de distancia- son ejemplo de que es posible rescatar tradiciones del pueblo maya y al mismo tiempo, impulsar el turismo cultural.

El director del Instituto de Cultura de Mérida, Irving Berlín Villafaña, destacó que a siete años de su primera edición, esta fiesta ha favorecido el rescate de esta tradición, en especial entre las nuevas generaciones, "una tradición que nos habla de la espiritualidad del pueblo yucateco".

“Una de las primeras tareas es tomar consciencia de que debemos conservar nuestras tradiciones asumiendo los retos que impone la contemporaneidad, pero esto no implica que permitamos que nuestros niños asuman celebraciones que no son nuestras, como halloween”, expuso.

“Son los niños nuestro sector más vulnerable, por ello tenemos que hacer propuestas divertidas para ellos, para los habitantes de Mérida, pero estas deben estar apegadas a las tradiciones, no incluyendo aspectos de otras culturas, como ejemplo las catrinas en el hanal pixán (comida de ánimas, en maya)”, dijo.

Señaló que “los gobiernos locales tenemos la oportunidad de agregar a este tipo de celebraciones tradicionales, aspectos de orden cultural, que nos permita generar una cultura sustentable, un turismo sustentable”.

Es una paradoja, expuso el funcionario municipal, “que aunque es un tema muy doloroso, la muerte para los mexicanos es también un tema de festejos, de celebraciones. Somos tal vez el único pueblo en el mundo que celebra a la muerte”.

“Tenemos el ejemplo de Diego Rivera y Guadalupe Posada que a pesar de tener a la muerte como elemento central de su trabajo, es también un ejemplo de que este elemento puede ser eje de una cultura sustentable”, enfatizó.

Altar en memoria de Gabo

El escritor Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, es el personaje que el Fondo de Cultura Económica (FCE), filial Colombia, escogió para conmemorar el Día de Muertos, una de las tradiciones más importantes de la cultura mexicana.

El FCE en Colombia, bajo la dirección de Juan Camilo Sierra, colocó el altar en el costado izquierdo a la entrada de la imponente librería, con imágenes que muestran el rostro sonriente de García Márquez entre sus obras, flores y mariposas amarillas.

En ese pequeño espacio, pero estratégico para las decenas de usuarios asiduos u ocasionales del Centro Cultural Gabriel García Márquez (CCGGM), está la singular calavera, que es el símbolo central de la celebración del Día de Muertos para los mexicanos.

El autor de "Cien años de soledad", quien falleció en abril pasado en la Ciudad de México, su segunda patria como él mismo lo repitió en varias entrevistas, abrazó la cultura azteca desde que llegó a México en la década de los sesenta.

García Márquez, quien cada año disfrutaba de las celebraciones del Día de Muertos en México o en cualquier lugar del mundo donde estuviera, es recordado hoy por los colombianos en su propio altar, con sus obras, el tequila reposado que degustó, las frutas preferidas, los granos y sus mariposas amarillas que puso a volar en "Cien años de soledad", la obra que lo llevo al Nobel en 1982.

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