En enero de 2015 iniciará la nueva etapa de exploración en el Fin del Mundo, sitio arqueológico de Sonora con evidencia de que los gonfoterios —mamíferos extintos y parecidos al mamut— convivieron con humanos y, además, es la zona del norte del país que registra la mayor antigüedad de poblamiento clovi (13 mil 990 años).
“Se tuvo conocimiento del Fin del Mundo en 1997 y se descubrió en el 2007. Qué tiene de especial: un remanente de una isla en donde había huesos estratificados, restos de gonfoterios y puntas clovis. Pero creemos que la zona es más extensa y en enero haremos una temporada de campo para buscar más evidencias”, señaló la arqueóloga Guadalupe Sánchez.
Lo que descubrimos cuando empezamos a quitar las diatomeas o depósitos del holoceno, añadió, fue la presencia de huesos de dos gontoferios, de los cuales, en uno podía apreciarse la mandíbula con puntas clovis cercanas, así como lascas, y algunos ornamentos óseos.
“Todo eso se encontró en unos 20 centímetros, por lo que suponemos que podemos encontrar más evidencias, más puntas clovis. Necesitamos caminar más, ya que alrededor de la isla hemos encontrado otras puntas que no están dentro del contexto y algunas de éstas son de cristal de roca”, comentó la especialista.
El total de puntas encontradas y asociadas a los gonfoterios suman cuatro, no obstante, han hallado otras 20 en el sitio, también han registrado 15 lascas —piedra tallada— in situ y dos artefactos de hueso que probablemente eran botones que usaban en el cabello los cazadores.
“No se ha encontrado ningún otro lugar de gonfoterios con clovis, porque se pensaban que estos mamíferos habían desaparecido antes de la presencia humana, es decir, hace 30 mil años, pero lo que nos indican estas puntas es que realmente desaparecieron hace 13 mil años y es posible que los humanos sí pudieron haber estado con los gonfoterios”, precisó.
Con la última temporada, agregó Guadalupe Sánchez se plantea la hipótesis de que los clovis cazaban gonfoterios, y quizá cazaron los últimos que había porque después de ese periodo se generó la formación del desierto, clima al que estos grandes mamíferos no podían adaptarse.
CARBÓN. ¿Cómo era el desierto de Sonora en el Pleistoceno, es decir, hace 13 mil años?, cuestionó la especialista. No era desierto, tuvo que ser similar a los sitios de la Sierra Madre, con elefantes, gonfoterios y mastodontes, respondió.
“Pero sucedió que los pinos y encinos se subieron, fueron reemplazados por mezquites, matorrales espinosos, agaves, nopales y demás vegetación del desierto, entonces ello provocó que los animales ya no pudieran vivir ahí”, dijo.
De acuerdo a los fechamientos hechos en restos de carbón hallados en el Fin del Mundo, los arqueólogos han obtenido dos dataciones por medio de radiocarbono: 13 mil 990 años y 11 mil 880 años, lo cual coloca a la zona arqueológica como la más antigua en el registro de poblamiento clovi correspondiente al norte del país.
“La ocupación de clovis en el Pleistoceno de Sonora se conoce gracias a los 12 sitios registrados, sobre todo en los llanos de Hermosillo. Todos están muy bajos, entre 700 metro del nivel del mar y 25 metros, esto significa que varios de los lugares explorados están en la costa”, indicó.
De esos sitios existen algunos donde grupos cazadores-recolectores buscaban materia prima para hacer las puntas clovis y algunos más se utilizaban para cazar gonfoterios, pues tienen presencia de puntas que fueron reusadas.
Por último, Guadalupe Sánchez explicó que las puntas clovis son puntas de proyectil fechadas entre 13 mil 500 y 12 mil 500 años antes de nuestra era, instrumentos que se encuentran distribuidos en todo Norteamérica con una mayor concentración de éstas en Texas.
“Qué tiene de particular la cultura clovi: que todos hacen estas puntas. Eso es impresionante porque pasó hace más de 13 mil años y es increíble que grupos de cazadores recolectores pudieran tener una estandarización en las puntas. En el país, tenemos 114 puntas en Sonora, 6 en Baja California y 9 en Chihuahua”, concluyó.