@r_labastida
Haciendo a un lado la flojera que acostumbran y poniendo a trabajar las pocas neuronas que les quedan, los creativos de la agencia ifahto, en conjunto con los directivos de la firma, lograron ponerse de acuerdo para planear, escribir, editar y lanzar SlangStorm, la publicidad en 100 palabras.Un libro que, en palabras de quienes lo idearon, “representó un gran ejercicio mental, así como una inversión enorme en café con piquete”.
¿De qué va el libro? Es un compendio de “conceptos” que conforman el arduo trabajo diario de estos guerreros de la publicidad, quienes desafían las leyes de la lógica y la física para descifrar briefs, realizar propuestas, diseñar conceptos y pagar la renta – todo en ese orden –. Por ello, describen en palabras coloquiales (o sea, comunes, que las entiende hasta mi suegra que no sabe ni decir bien “agüernez”) con ilustraciones dignas de ganar el premio Will Eisner, el Abierto Mexicano del Diseño o, ya de perdida, unos vales de despensa.
“Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo con SlangStorm. Es un gran esfuerzo por parte de todo el equipo”, afirman los creativos sobrevivientes a su primer cierre editorial.
Debido a la importancia y relevancia del libro, Sergio López Zepeda, Presidente Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Agencias de Publicidad (AMAP), aceptó escribir el prólogo, así como Ricardo Ampudia, Director de Miami Ad School México, quien se unió a este esfuerzo al permitir que la institución que él dirige fungiera como coeditora, además de participar con el epílogo del libro.
Y para justificar los gastos en la inversión “millonaria” que representa el proyecto, se abrieron perfiles en las principales redes sociales (facebook, twitter e instagram) para dar vuelo a todo lo que no se pudo incluir en la primera edición del libro. Con ellas, se buscará que todas las agencias de México (ATL, BTL, Relaciones Públicas, Digitales, de promoción, de diseño, colocación, intendencia, similares y conexas) tengan en sus estantes tan preciada publicación.
SlangStorm, la publicidad en 100 palabras (o “Cómo es que aprendí a reír en lugar de llorar”) cuenta con 5 mil ejemplares, los cuales ya están a la venta en tiendas especializadas como Porrúa, MercadoLibre.com.mx y en un puestito afuera del metro Portales. ¡Llévelo, llévelo…!