En la obra, Víctor Manuel Camposeco reúne de nueva cuenta a Fernando Benítez –quien fundó y dirigió el suplemento– con personajes relevantes de la cultura nacional que incursionaron en la literatura y el periodismo y adquirieron especializaciones en
una época de gran auge, a través de capítulos como México al filo del medio siglo XX, La prensa cultural, La crítica literaria periodística, El suplemento México en la Cultura y La crítica literaria en México en la Cultura.
En esta recapitulación histórica se da cuenta de cómo, cada semana,México en la Cultura aparecía inserto en el periódico Novedades, con textos de Alfonso Reyes, Octavio Paz y muchas promesas que el tiempo confirmaría como José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Carlos Valdés, Emmanuel Carballo, Salvador Reyes Nevárez, Elena Poniatowska y otros destacados críticos y reseñistas de las artes plásticas, música, literatura y cine, como Héctor Azar, Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Emilio García Riera y José de la Colina.
“México en la Cultura entró en la década de 1950 como un núcleo de la inteligencia más brillante entre los intelectuales mexicanos. Un tanto en broma, un tanto en serio, se decían los mejores, y por encima de todas las cosas privilegiaban el talento”, escribió en el prólogo al libro el narrador, periodista y editor Federico Campbell (Tijuana, Baja California Norte, 1941 - México, D. F., 15 de febrero de 2014).
“De ahí que con el paso del tiempo, y la comparecencia natural de los celos, el grupo de escritores empezara a verse desde afuera, por los otros, como un panal en el que se practicaban los elogios mutuos, se ninguneaba a autores en cierne, y se ignoraba a novelistas de éxito como Luis Spota, autor de la muy célebre y leída Casi el paraíso; por todo ello se hacían acreedores a un mote sarcástico: La Mafia. Más que un sarcasmo alusivo a la criminalidad, la noción de mafia se entendía semejante a la organización siciliana por su modus operandi,por su mentalidad y su comportamiento, pero en un sentido figurado: irónico y burlón”, apuntó Federico Campbell.
En su texto, el prologuista afirmó que si en términos generales se acepta que el gran momento de México en la Cultura ocurrió en sus últimos cinco años, se debe en gran parte a la aparición de obras literarias trascendentales como El laberinto de la soledad, de Octavio Paz; El Llano en llamas y Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Varia invención, de Juan José Arreola; El libro vacío, de Josefina Vicens, y La región más transparente, de Carlos Fuentes. “Fue una década floreciente, un lapso en el que, como se vio después, por lo menos estas seis obras significaron un hito en el catálogo de la literatura mexicana.
“Pero también hubo otro factor importante en la vida del suplemento y en los inicios de esa década: el triunfo de la Revolución Cubana a principios de 1959, hecha por jóvenes de alrededor de los 30 años de edad, intelectuales y guapos, que despertaron una gran simpatía y una gran esperanza en un mundo de apagados ideales”, agregó el también ensayista.
“La existencia truncada en 1961 de México en la Cultura, después de 13 años y 665 números, tuvo mucho que ver con esa afinidad política en un contexto internacional en el que se encontraban la mirada reprobatoria de Washington y los ojos juveniles, recién llegados, de Latinoamérica”, escribió el autor deTijuanenses.
“México en la Cultura giró en torno a la figura intelectual de Fernando Benítez, un scout (como se dice en beisbol), un buscador y descubridor de talentos, quien siempre incluyó en el concepto de cultura el quehacer histórico social, las relaciones de poder, la política, el arte y el conocimiento científico como la mayor y más sublime realización de los seres humanos”, concluyó Federico Campbell.
México en la Cultura (1949-1961). Renovación literaria y testimonio crítico se presentará este jueves 19 de febrero a las 19:00 horas, en la Galería de Rectores, dentro de las actividades de la XXXVI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en Tacuba No. 5, Centro Histórico, con la participación de Hugo Gutiérrez Vega, y el autor, con Mireya Vega como moderadora.