Los Huehues, carnaval urbano de más de 100 años en Puebla

huehues

Muestran la riqueza de Puebla y Talaxcala  que se concentra en estas fiestas que llevan más de 100 años de presencia, por ello se expone la muestra “Los Huehues: El Carnaval en los barrios, colonias y pueblos urbanos” en la capital del estado.

Se trata de cerca de 100 piezas proporcionadas por seis cuadrillas de huehues del valle Puebla-Tlaxcala, las cuales se exhiben en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Regional del Puebla.

Al respecto, Ernesto Licona Valencia, coordinador de la maestría del Colegio de Antropología Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), señaló que la ciudad de Puebla es algo más que su centro histórico.

Indicó que es también una ciudad ritual porque alberga un sin número de celebraciones de todo tipo; religiosas, cívicas y escolares, pero sin duda una de las más espectaculares son las fiesta de carnaval.

Debido a ello, los pobladores y visitantes de esta ciudad podrán apreciar dicha muestra hasta mayo próximo, tras su inauguración el 21 de febrero pasado al público en general, sin costo por el ingreso.

En ella se muestran las cuadrillas de los dos barrios: El Alto Garibaldi y La 26 Oriente la Original de Xonaca; de las dos colonias: 10 de Mayo y San Bartolo; y de los pueblos: La Resurrección y San Miguel Canoa.

Los videos son producción del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el cual se resume una muestra de lo que es el carnaval en los barrios, la colonia y el pueblo.

Licona Valencia comentó que el carnaval es una de las fiestas masivas más importantes en Puebla, junto con la del 5 de mayo y la procesión del Viernes Santo; y cada una de las celebraciones tiene su objetivo especial y expresan la vida urbana de la metrópolis.

“Pese a la falta de apoyo de las autoridades, el Carnaval en Puebla va a seguir, porque éste depende más de sus protagonistas que son gente del pueblo”.

Ellos viven en los barrios, ellos heredan esa tradición a sus hijos, se organizan a partir de las cuadrillas, de los amigos, de los cuates, de los primos, y ello permite darle continuidad, citó.

Por su parte, Delia del Consuelo Domínguez Cuanalo, directora del Museo Regional de Puebla, dijo que durante la investigación que realizaron los especialistas se registró que hay alrededor de 600 carnavales en el área metropolitana de Puebla, y es una celebración que define el carácter sociocultural de la ciudad de Puebla.

Apuntó que el objetivo es dar a conocer, promover y difundir las diversas expresiones y prácticas socioculturales en las que se exploran tres diferentes nociones del territorio: barrio, colonia y pueblo urbano.

“Y así dar cuenta de la invaluable y compleja riqueza cultural del carnaval en Puebla, práctica que cohesiona y al mismo tiempo delimita las identidades locales”, destacó.

Dijo que a través de la muestra se contribuye a revalorar la práctica del carnaval como un elemento fundamental del patrimonio inmaterial de todos los poblanos que mantiene viva la convivencia y las tradiciones.

Lo cual da sentido de pertenencia a estos grupos, en el entendido que existen más de 50 cuadrillas solamente en los barrios fundacionales de la ciudad de Puebla, acotó.

Agregó que los espectadores que asistan a esta muestra podrán admirar la indumentaria, caretas, fotografías, instrumentos musicales y otros implementos que enriquecen este quehacer cultural.

Precisó que todo ello es propiedad de los participantes de seis cuadrillas de distintos territorios de la ciudad de Puebla.

En este contexto, Verónica Méndez, quien encabeza la cuadrilla El Alto Garibaldi, explicó que el primer carnaval en el área urbana de Puebla se realizó en El Alto debido a que éste fue el primer barrio habitado por carboneros provenientes de Tlaxcala.

El carnaval de este barrio destaca porque de él se desprendieron las distintas cuadrillas que forman actualmente la estructura de la celebración, señaló.

La cuadrilla de El Alto Garibaldi se distingue por la tendencia a interpretar sus danzas con instrumentos de cuerda, porque participa un personaje peculiar que es el “Charro Negro”, y porque sus bailes son únicos, refirió.

Asimismo, Julián Salazar Suárez, representante de la cuadrilla 26 Oriente La Original de Xonaca, dijo que la “fiesta de la carne” en Puebla no ha sido revalorado por las autoridades.

Consideró que no se proyecta en su justa dimensión como en el caso del municipio Papalotla, Tlaxcala, donde las autoridades estatales y municipales apoyan a sus danzantes con montos económicos, promoción, y espacios públicos para la ejecución de sus danzas.

“En Puebla estamos tratando de revalorar esa riqueza, de lo que significa al estado y que ello sea aprovechado en términos turísticos y culturales como una expresión inmaterial que cohesiona identidades en el territorio”, dijo el hombre que tiene 38 años de participar como danzante en la cuadrilla de Xonaca.

Subrayó que “no hay ningún apoyo económico, por el contrario, actualmente las autoridades municipales restringen a los danzantes los permisos para poder presentar sus bailes en las calles”.

Abundó que “ya que no nos apoyan económicamente, lo único que pedimos es difundir para que haya una derrama económica no sólo en los barrios con mayor tradición, sino en todo el municipio, acudiendo a las fiestas de cierre de carnaval que aún se tienen programadas para el 1 de marzo”.

Guadalupe Arce Gachupín, encabeza la cuadrilla Nawi Xochitelpoch de San Miguel Canoa, ella dijo que la tarea de éstas es que no se pierda el carnaval, seguir avante ante las situaciones de la globalización.

Refirió que el repertorio musical que acompaña a las cuadrillas durante el carnaval incluye versiones y adaptaciones de ciertos bailes de salón europeos característicos del siglo XIX como la contradanza francesa, el square dance inglés y la polka; a los que suelen añadir géneros musicales muy populares como música ranchera, duranguenses, danzones y hasta cumbias.

Agregó que durante el carnaval también se producen discursos sonoros de otra naturaleza y de gran relevancia: gritos de huehues, chicotazos de los diablos, sonidos del muerto, castañuelas de las maringuillas (hombres vestidos de mujer cuya tarea es provocar a los huehues), voces de locutores de algunas cuadrillas, risas y gritos de los asistentes.

En las danzas efectuadas durante el carnaval, el uso de las caretas y los antifaces, las capas y los látigos les permiten construir personajes y ocultar su propia personalidad, y bajo esos hermosos vestidos y trajes llenos de color surgen sentimientos de libertad y los incita a romper con inhibiciones.

El punto de coincidencia de los entrevistados es que en el carnaval no hay solemnidad, todo se permite. Los hombres se visten de mujeres maringuillas, los huehues danzan en exceso, los diablos “cotorrean”, se come y se bebe en abundancia, y al fina el carnaval deviene en fiesta popular en la que todos bailan.

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