El Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, el Marco, se expone una gran retrospectiva de la da y sobre todo obra de Kubrick. Es un recorrido despampanante. Una colección de cámaras, hojas de prueba, guiones anotados... Algo queda claro: a
Kubrick le gustaba tener todo bajo control. Era un verdadero control freak pero su genio venía de ahí.
El viaje comienza por el principio. Kubrick comenzó su carrera como fotógrafo en la revista Look; con sólo 16 años de edad fue en su momento el fotógrafo más joven en la historia de la revista.
Pero Kubrick no es sólo forma, sino, desde siempre, ideas, idiosincracia. Como explica el catálogo de la exposición (lo venden en el museo a 600 pesos y vale mucho la pena cada peso) Kubrick nació en una familia judía de clase media que no fue muy ortodoxa con su educación religiosa, pero sus raíces hebreas se notan en los resabios mesiánicos de cintas como 2001: Odisea del espacio.
El recorrido expone parte del trabajo de Kubrick en la Look. Hay unas hojas de prueba de sus fotos son muy bellas, rayan en el surrealismo por influencia de la obra del fotógrafo estadounidense Man Ray, según explica el texto de sala. Por cierto, todos los textos en las paredes de la exposición, o textos de sala, son excelentes, deténgase unos minutos a darles una leída.
Kubrick hizo sus primeras películas, cortos en realidad, basándose en su trabajo fotográfico. Day of the fight, su primera inmersión en el cine, nació directamente de su trabajo periodístico cubriendo una pelea de box. Atención al detalle en todo momento, como se puede apreciar en la serie de stills, o fotos fijas, de la cinta. Siguen películas menos conocidas como Killer's Kiss o Flying Padre en las que Kubrick ensaya un estilo sacado directamente del cine negro de los años 40.
En ese imitar a cineastas como Howard Hawks, Kubrick fue encontrando su estilo, un estilo fatigoso en la parta técnica, pues como fotógrafo de formación, siempre estuvo atento a las últimas tendencias tecnológicas. Esa obsesión tecnológica lo hacía posponer proyectos hasta no tener a mano los aparatos necesarios.