Entre el vértigo de la hora pico y la incredulidad de los usuarios del Sistema de Transporte Colectivo, el Metro de la Ciudad de México se estremeció por algo que, en esta ocasión, no fue el ruido de sus vagones abarrotados. La retrospectiva
Aurora Reyes muralista disipó el tedioso sopor que ahoga diariamente a la estación Bellas Artes para convertirla en un espacio de cultura y lucha social.
En la inauguración de la muestra, el nieto de la artista visual, Ernesto Godoy, mostró otra de las facetas de Aurora Reyes, esta vez desde la trinchera de la poesía: “Algo oscuro ha pasado por el cielo de México, / Está herida la Tierra” (de Hombre de México).
Aurora Reyes está considerada dentro del grupo de artistas precursores del muralismo mexicano. Su estilo, furiosamente condensado, está cargado de indignación por las injusticias y se nutre de la convicción de que la figura del maestro es ancestral, forjadora del destino de los seres humanos.
De sangre militar Aurora Reyes fue acechada desde pequeña por la estrechez: los estragos de la Revolución la obligaron a vender pan para mantener a su familia.
Al entrar a la Escuela Nacional Preparatoria, Aurora Reyes entabló amistad con Frida Kahlo, la cual no se terminaría sino con la muerte.
La muestra Aurora Reyes muralista está conformada por reproducciones de tres de sus grandes murales: Atentado a las maestras rurales (1936), Primer encuentro (1978) y Presencia de los maestros en los movimientos históricos de la patria (1962).
También se exhiben 23 bocetos que evidencian el proceso de creación de Aurora Reyes, además de fotografías personales y un breve documental sobre la vida y obra de la creadora.
El público en general podrá visitar esta exposición que se encuentra en la estación Bellas Artes del Metro. Tendrá una duración de dos meses.