Examinan el muralismo en México

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A más de 90 años de haber iniciado el muralismo en México, ya se examina esa labor en su conjunto, y se pueden obtener conclusiones a las preguntas sobre los agentes del deterioro, aseguró el artista plástico y restaurador Eliseo

Mijangos.

El especialista formó parte del Foro Internacional de Muralismo “El reto de los muralistas ante el siglo XXI”, organizado con motivo del 30 aniversario del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, ayer y hoy en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde se reunieron más de 30 expertos en el tema.

Mijangos, quien participó en el rescate y restauración de murales dañados durante el sismo de 1985 y dirigió rescates e intervenciones de murales en el extranjero como el de Diego Rivera en el Museo de Arte Moderno de New York y el fresco de Pablo O’Higgins en la International Longshore and Warehouse Union (ILWU), en Oahu, Hawai, subrayó:

“Los murales realizados en la Escuela Nacional Preparatorio (ENP) y en la Secretaría de Educación Pública (SEP) causaron una gran expectación en mucha gente relacionada con la conservación, quienes pronto se dieron cuenta que fueron ejecutados con buena técnica pero sobre edificios muy viejos, de tal manera que las molestias no tardaron en aparecer”.

Las paredes, dijo, fueron casi inmediatamente marcadas por la humedad y otros factores de tipo ambiental. Aparecieron manchas, fisuras y grietas. Ese es un grave problema que el gobierno de México ya comienza a ver con quienes van a cuidar y mantener esas obras, añadió el especialista al participar en la mesa “Custodia y conservación del patrimonio”.

Mientras Diego Rivera pintaba la escalera monumental del Palacio Nacional y los frescos del corredor, en sus ratos libres, visitaba aquellos murales. “Notó que ya estaban siendo marcados por grietas, de abajo hacia arriba, como rebanadas de pastel, porque el edifico que había sido fuerte, se estaba apoyando en las construcciones prehispánicas del centro”.

Rivera regresaba triste y seguía pintando la escalera monumental. “Eso no lo dejó tranquilo y empezó a pensar en la posibilidad de tener un soporte que independizara los murales de las paredes. Viajó a Estados Unidos y platicó con ingenieros. A su regreso armó una serie de bastidores metálicos, sobre los cuales comenzó a pintar muchos de sus murales”.

Entre ellos, los localizados ahora en el Museo Dolores Olmedo, la Secretaría de Salud y otros que están en colecciones particulares, así como el emblemático “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” realizado entre 1946 y 1947, el cual pesa 35 toneladas y está independiente de los muros.

Finalmente, al leer su texto “Secretos del muro”, Mijangos recapituló sobre lo que ha sido la labor de preservación de obras plasmadas en paneles móviles, dijo que “sólo con la experiencia en esta profesión se ha obtenido información importante como saber cuántos murales pinto Rivera en los que uso arena de mina para obtener sus diversas tonalidades.

Muralistas de diferentes generaciones dialogaron sobre el muralismo en la historia y cuál debe ser su función actual, así como las temáticas a representar y los problemas a los que se han enfrentado en sus creaciones. Participaron muralistas que vivieron el auge del movimiento, y creadores actuales que luchan por continuar hoy con esta práctica artística.

Para tener una visión integral del muralismo en México, también se contó con expertos en restauración, quienes abordaron los retos a los que se han enfrentado en el rescate, restauración y preservación de diversos murales del siglo XX.

En la mesa de conclusión, “Custodia y conservación del patrimonio”, también participó Renato Robert Paperetti, de origen italiano, quien colaboró con los museos de Historia Natural de Bérgamo y Milán.

Con una trayectoria de 30 años en el ámbito de la restauración, ha participado en diversos proyectos dentro y fuera de México. En Chile coordinó la restauración de las obras “Muerte al invasor”, de David Alfaro Siqueiros; “De México a Chile”, de Xavier Guerrero; “Escuela México”, de Chillán, y “Presencia de América Latina”, de Jorge Gonzales Camarena.

Esos murales, informó, están en la Casa del Arte José Clemente Orozco de la Universidad de Concepción, y resultaron gravemente afectadas a raíz del terremoto de 2010.

Paperetti habló sobre los seguros para los murales en Chile tras los sismos del año 2010, así como de algunos murales de Diego Rivera y la corrección de deterioro que pusieron en riesgo de colapso a algunas piezas.

Otro ponente fue Alejandro Morfín, restaurador y conservador del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del INBA.

El pintor y grabador becado por el Centro Nacional de Obras Artísticas, habló de su experiencia con un mural al fresco en Costa Rica, realizado por Pablo Solís, mientras que él lo asesoró en su especialidad.

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