Luego de recibir un reconocimiento por su destacada trayectoria, de manos del titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, el pianista Jorge Federico Osorio celebró con un magno concierto sus 50 años de vida artística.
Rafael Tovar y de Teresa mencionó el gusto que le da festejar en el Palacio de Bellas Artes a Jorge Federico Osorio por una trayectoria ininterrumpida de 50 años.
El funcionario cultural señaló que desde sus primeros recitales en Guadalajara, y en la Sala Principal de Bellas Artes en 1966 y en 1969, Osorio se perfiló como un gran intérprete del piano.
Destacó que en la historia de los pianistas mexicanos ha habido tres grandes figuras; Ricardo Castro (1864-1907), Angélica Morales (1911-1996) y Jorge Federico Osorio (1951).
Asimismo recordó que Osorio ha sido solista de prácticamente de todas las grandes orquestas mundiales, ha sido dirigido bajo la batuta de grandes directores y ha tocado en prácticamente en todos los continentes y en México ha sido una figura fundamental al piano.
“Creo que Jorge Federico Osorio inspira a nuevos pianistas que están emergiendo con un talento inusitado en nuestro país. De tal manera que en Jorge Federico no solamente se concentra el gran artista, el gran concertista, sino el mismo ha tenido la generosidad de compartir su talento en cursos que ha dado en distintos momentos”, concluyó Tovar y de Teresa.
Posteriormente y ante las ovaciones que el público le brindó al pianista Osorio, inició el concierto con “Sonata núm. 10 en do mayor KV 330”, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), de la cual se desprenden los movimientos: “Allegro moderato”, “Andante cantábile” y “Allegretto”.
En esa y en cada una de las piezas, el virtuosismo y experiencia del maestro Osorio no se hizo esperar pues mostró gran habilidad en su instrumento, misma que al final le valió la ovación del público por varios minutos.
El programa se conformó por: “Num Komm´der Heiden Heiland BWV 659” (Ven ahora, Salvador de los gentiles), de Johann Sebastian Bach (1685-1750); “Predulio y fuga sobre un tema de Händel”, de Manuel María Ponce (1882-1948), “Fantasías op. 116”, de Johannes Brahms (1833-1897).
Así como por “Sonata núm. 21 en si bemol mayor D 960”, de Franz Schubert (1797-1828), de la cual se desprenden los movimientos “Molto moderato”, “Andante sostenuto”, “Scherzo Allegro vivace con delicatezza” y “Finale. Allegro ma non troppo”.