En la zona arqueológica de Monte Albán, ubicada a unos 10 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, los guías de turistas exhortan a los visitantes a valorar las estructuras que se encuentran en el lugar.
Estas personas, que son una decena, desean que sean respetados los diferentes monumentos que con el paso del tiempo se han deteriorado por causas naturales.
"Si uno conoce sus raíces, cuidará más fácil lo que tiene y valorará más lo que es. Debemos tener más educación y más conocimientos acerca de nuestra cultura, falta mucha información en general de lo que pasó en el país anterior a la llegada de los españoles", declaró Julio César Zárate Olmedo, guía de turistas en Monte Albán desde hace siete años.
"Hay algunas cosas que deterioran, por ejemplo, los temblores, la temporada de lluvia, se ha tenido que restaurar la pintura mural, pero desafortunadamente también la gente no lo cuida, hay lugares donde no se puede pasar o deja basura", añadió.
Dijo que incluso algunos lugares donde había pinturas en murales se cerraron, porque la gente los estaba maltratando.
"A las tumbas de la plataforma norte no se puede pasar, porque las rayaban o las usaban como sanitario. Entonces, el temblor de 1999 fue una excusa para no dejar pasar a nadie", aseveró.
Pidió tener respeto ante todo y consideró que debería haber programas de enseñanza de la historia prehispánica desde la primaria para comprender el desarrollo de este tipo de civilizaciones.
En Monte Albán se edificaron más de 300 estructuras, que desde 1987 son Patrimonio Mundial por la UNESCO y las primeras exploraciones registradas en la zona las realizó Alfonso Caso y su equipo en 1935.
"Este lugar es un centro ceremonial, una de las ciudades más importantes de los zapotecas que simboliza mucho para ellos la parte religiosa, la parte civil, todo está mostrado en la arquitectura, el gran esfuerzo humano que hicieron para construir Monte Albán duró mucho tiempo, unos mil 300 años.
"Se construyó por etapas, no fue continuamente, iban parando y fue Alfonso Caso quien llegó a hacer excavaciones", subrayó.
Pero desafortunadamente, dijo, las historias de los edificios se fueron perdiendo con el paso del tiempo, pues cada uno tenía un templo en la parte de arriba y existía un mural. "Si hubiera sobrevivido esto, la gente hubiera sabido cuál era la edificación para el sol, la luna y la lluvia. Pero como no fue así, Caso los nombró por letra del abecedario.
"Viene bastante gente, aquí es por temporadas, en la baja no viene mucha, pero siempre hay gente aquí arribando; lo que más les llama la atención es la vista del lugar, los alrededores y el gran esfuerzo humano que se hizo para nivelar el cerro.
"Porque tenían que nivelarlo completamente con martillo de piedra y mucha labor humana. Hay muchas ciudades a los alrededores y aquí vienen muchos extranjeros, tanto de Estados Unidos como de Canadá, Francia y otros países", indicó Zárate Olmedo, quien en fecha reciente recibió al equipo del Oaxaca Film Fest 2015.
Al año llegan a este sitio, en el que se encuentra la Plataforma Sur, el Juego de Pelota Grande y el edificio de los Danzantes, entre otros, alrededor de 500 mil visitantes, de los cuales 20 por ciento son extranjeros, de acuerdo con la fuente.
Los 10 guías que trabajan en este lugar, además de dar la explicación en español e inglés, cuidan que la gente no se suba a las estructuras y que respete en general la zona.
Para poder trabajar en esto, los aspirantes deben tomar un curso de ocho meses en el que se les enseña la historia de este sitio, desde la parte prehispánica hasta la Conquista, la Colonia y el México moderno.
Finalmente, Zárate señaló que cerca de este lugar hay pueblos que no estuvieron vigilados por los españoles durante la conquista, y es por esto que todavía tienen arraigadas algunas costumbres prehispánicas.