Un goce visual y poético es lo que ofrece la pieza escénica “Mar Monstrum”, que inició temporada en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque (CCB), donde ofrecerá funciones los lunes y martes hasta el próximo 20 de septiembre.
La obra escrita, dirigida y actuada por Aarón Govea, explora la capacidad narrativa de una historia sin el uso de palabras, solo a través de acciones y trabajo con los objetos como escenografía dinámica, en busca de una estética visual.
“Mar Monstrum” narra la historia de un náufrago aferrado a los restos de su embarcación, obstinado en sobrevivir en la inmensidad del mar. Se retoma el tema del hombre contra la naturaleza como antagonista, presente en la obra de Homero, Melville, Hemmingway, y Swift, y le da una significación y proyección diferente.
Eso, a través del humor reflexivo, con bosquejos del teatro del absurdo, bajo una temática existencial. La situación de un náufrago crea una metáfora sobre la vida cotidiana donde las circunstancias se vuelven extremas para los individuos dentro de una realidad que podría pensarse difícil de transformar.
Una a una, pequeñas historias se cuentan a través de la relación hombre-escenografía. Temores, obsesiones, alegrías e incertidumbre en que la creatividad del protagonista se pone a prueba, cuando el hambre lo ilumina para pescar con la ayuda de objetos que podrían parecer inútiles en la vida en tierra.
La puesta en escena se convierte en un viaje por la eterna búsqueda del sentido de la vida. Una travesía con la escenografía como antagonista de la historia, una historia que retoma la capacidad de sorprenderse, la imaginación y el misterio. Un montaje que aprovecha las capacidades expresivas del cuerpo, la música y los objetos.
Es en resúmen, una obra de teatro físico sin palabras, inspirada en el teatro de lo absurdo y con una dosis de poética visual abstracta, que retoma diferentes técnicas de movimiento: pantomima, animación de objetos, clown y disciplinas circenses como el rolabola, para la creación de un montaje que transita entre lo onírico y lo real factible.