El Mercado de Artesanías de La Ciudadela se ha convertido en el recinto por excelencia en donde artesanos de diversas entidades del país exponen sus obras, a través de las cuales expresan la identidad y cosmovisión de su lugar de origen.
Con más de medio siglo en su haber, dicha edificación tuvo un origen deportivo, pues se planteó como una zona en la que se pudieran dar a conocer las artesanías hechas en el país a los visitantes nacionales y extranjeros durante los Juegos Olímpicos de México 1968.
“El Mercado de Artesanías surgió el 28 de octubre de 1965, cuando se avizoraban las Olimpiadas y el secretario de Industria y Comercio, Octaviano Campos Salas, nos invitó a platicar para que buscáramos un lugar en donde exponer nuestros trabajos”, dijo a Notimex Rubén Darío López, presidente de la Unión de Artesanos y Similares de la República Mexicana.
Así se fue gestando el proyecto, que a la postre daría como resultado dicho mercado que fue inaugurado el 20 de julio de 1966 por el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, puntualizó.
Con nostalgia, recordó que antes de la construcción de ese recinto, él y otros de sus colegas exponían sus productos en diferentes plazas, razón por la que se les conocía como “ferieros”, ya que andaban por todo el país, pues no tenían un lugar fijo.
“Éramos un grupo de artesanos que viajábamos por toda la República Mexicana. Cuando terminaba una feria en algún pueblo o ciudad, nosotros ya nos estábamos preparando para la próxima exposición”, sostuvo.
El Mercado de Artesanías de la Ciudadela representó para ellos un lugar en el que encontraron la estabilidad para poder mostrar su trabajo, que en la actualidad es reconocido a nivel nacional e internacional.
Localizado en el barrio de La Ciudadela, cerca del Metro Balderas, los trabajos que aquí se comercializan están hechos por artesanos de 24 entidades, entre las que destacan Michoacán, Oaxaca y Estado de México, que son las que tienen mayor proyección y participación, señaló el líder artesanal.
Indicó que hay diferentes grupos indígenas, como huicholes y triquis, quienes trabajan los productos en sus propios locales y en los talleres que tiene el mercado.
“Así como ellos, los michoacanos hacen aquí la guitarra, artesanías de hojalatería, de madera”, subrayó, y explicó que varios artesanos regresan a su estado de origen para trabajar en el campo cuando es temporada baja y regresan cuando es temporada alta, que es durante el verano y fin de año.
Informó que los extranjeros valoran más las artesanías nacionales, por eso compran lo que hacen, ya que “siempre se quieren llevar un recuerdo y se van muy contentos”.
“Vienen visitantes de varias partes del mundo, e incluso diplomáticos. El mercado se ha vuelto una zona emblemática del Distrito Federal”, dijo, mientras recordó que el entonces embajador de Estados Unidos en México, John Negroponte, visitó su local y compró un ídolo de barro.
Apuntó que varios de los productos que allí se elaboran se venden en el extranjero y en los estados con actividad turística del país, como Cancún, Ensenada y Rosarito, en donde exponen sus trabajos bajo el sello del Mercado de Artesanías.
Para Rubén Darío López, quien también es uno de los fundadores del mercado, no hay un inmueble comercial como éste, ya “que es el más extenso, con representación de varios estados y su ubicación es inmejorable”.
Sobre la competencia que afrontan los artesanos mexicanos con los de otros países, como los asiáticos, detalló que ésta es desleal, porque ellos tienen una economía y cultura diferente a la del país.
Dijo que esa adversidad la enfrentan elaborando productos de calidad, pues dicha situación los obliga a ser mejores.
No obstante de eso, explicó que “en realidad ello no es una amenaza, pues tenemos nuestro propio folclore y representatividad”, y refirió que las marchas y manifestaciones que hay en la zona, sí son factores que afectan la venta de sus mercancías.
Relanzar el mercado para hacerlo más próspero y fructífero para los artesanos, es el objetivo que se plantea Rubén Darío para el futuro de este inmueble, quien también busca que el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, les done el predio donde se ubica, ya que lo tienen en comodato.
“Hemos hablado con el secretario de Turismo local, Miguel Torruco Marqués, para ver si por conducto de él se facilita más que sea una exposición permanente, para que nuestros hijos tengan ya una certeza jurídica de que el terreno sea nuestro”, enfatizó.
Con un área de casi 14 mil metros, dividido en 360 locales, el recinto artesanal es un espacio en que actualmente se pueden encontrar diversos artículos representativos del país, platería, talavera de Puebla y Guanajuato, vidrio estirado, entre otras, que adornan los exteriores e interiores de los hogares mexicanos.
De ahí la importancia del mercado, que es un referente de la ciudad de México en el país y varios naciones del mundo.