Con un total de siete piezas, dedicadas al ideólogo, político y militar Ernesto “El Che” Guevara, al sociólogo Rubén Aguilar Valenzuela y a Lorena Luke, el Taller Coreográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México (TCUNAM) retomó esta tarde sus actividades en la Sala Miguel Covarrubias, del Centro Cultural Universitario (CCU).
La agrupación, uno de los proyectos culturales y artísticos más importantes de la Casa Máxima de estudios, dedicó su función de hoy a México que sigue en pie, luego del sismo de 7.1 grados, ocurrido el 19 de septiembre y que afectó a la Ciudad de Mexico y los estados de México, Puebla y Morelos, provocando la suspensión de la actividad artístico cultural en las zonas afectadas.
Tras apagar las luces del foro, se proyectó la imagen del mundo, con unas líneas donde el Taller mostraba su solidaridad con México, segundos después se exhibió la bandera mexicana con un pequeño moño negro en su parte superior izquierda.
Entonces apareció en el escenario la bailarina Valeria Alavez, para dar inicio a la gala con la pieza “Renacimiento”, y la danza de esta manera se hizo presente una vez más en los escenarios de Ciudad Universitaria.
Tras la conclusión de esta primera obra los aplausos no se hicieron esperar escuchándose por todo el teatro, seguido de expresiones como ¡bravo! ¡bravo!
La “fiesta” continuó con “Sólo para un Ángel Contemporáneo”, pieza inspirada en la juventud actual y que se dedicó al “Che Guevara”, acompañada por la música: “Preludio en do sostenido menos, Opus 3. Número 2”, de Sergei Rachmaninov.
Y minutos después, el tema musical “Earth Song”, de Michael Jackson, atrapó las miradas con la coreografía “Canción de la Tierra”, una denuncia a la destrucción del medio ambiente, pero también, un grito de protesta en contra de la marginación de jóvenes y pobres en un mundo donde las grandes corporaciones, en su afán de riqueza destruyen y contaminan sin importarles el desastre que dejarán a generaciones venideras.
Desde el punto de vista musical, la obra es una síntesis del blues, el góspel y la ópera, acompañada de cerca de 15 bailarines. Se dice que el tema musical fue el último que cantó Michael Jackson en su vida; la ensayó la noche del 25 junio de 2009, horas antes de su muerte.
La gala continuó con “Dios Lavará Todas las Lágrimas”, inspirada en un espiritual negro tradicional, en la que menciona que pocos pueblos han sufrido tanto como el afroamericano, a cuyos miembros traían como esclavos, encadenados, a los que se subastaba como ganado, sin importar que separaran a las familias.
Ese sufrimiento fue el que inspiró al afroamericano a expresarse a través de la música sacra, uno de los pocos canales permitidos por los amos blancos.
“Concierto para piano y orquesta número 2”, de Wolfgang Amadeus Mozart, a cargo de cuatro bailarines, pieza dedicada a Valenzuela; “Homenaje a Balanchine”, con música de Igor Stravinsky, y “Huapango”, pieza dedicada a Luke y con la música de José Pablo Moncayo, cerraron el programa dancístico.
Es de mencionar que diversos puntos del centro cultural, la gente se dio cita con la cultura y las artes, toda vez que las salas del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), lucían llenas de vida gracias a decenas de visitantes.
Al igual que la sala Nezahualcóyotl que abrió sus puertas para escuchar a una de las agrupaciones musicales más importantes del país: la OFUNAM; en tanto que el Carro de Comedias regresó las risas y emociones junto a la fuente que se ubica a unos cuantos pasos del Teatro Juan Ruiz de Alarcón.
En otro punto de ese lugar, decenas de pequeños, acompañados por sus padres, se hacían presentes para escuchar los cuentacuentos programados como parte de la iniciativa “Regaladores de Palabras”.