Día de Muertos en Tlalpujahua, un viaje enigmático y misterioso

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A pesar de ser conocido como el pueblo de la eterna Navidad, Tlalpujahua también muestra su encanto y seducción a través de sus singulares leyendas y sombríos escenarios que descubren su lado enigmático y misterioso.

Sus calles empedradas, con su construcción de cantera y tejados rojos que destacan su arquitectura colonial, así como su clima lluvioso y húmedo, son el perfecto escenario para el desarrollo de un sinfín de leyendas, que se han convertido en parte del atractivo.

Es Rafael Barrios Guerrero, cronista oficial del pueblo mágico de Tlalpujahua, el encargado de transmitir de una generación a otra, estás historias que acaparan la atención de pobladores y visitantes.

“Tlalpujahua como pueblo minero tiene un bagaje de cultura y tradición, lo que ha hecho que se desprendan infinidad de leyendas”, dijo el cronista, mientras recorre los estrechos pasillos del Convento Franciscano, que data del siglo XVII y donde inicia este recorrido.

Este inmueble alberga una de las más escalofriantes leyendas del lugar, conocida como “El padre sin cabeza”.

Se dice que en los tiempos de la Guerra Cristera, los frailes se refugiaban en catacumbas y solo uno se quedaba al resguardo del lugar; sin embargo, un día este único monje al subir al campanario tropieza provocando el desprendimiento de la campana que corta su cabeza.

Pero como su misión era resguardar el lugar, su alma no tiene descanso y se aparece en el convento y en las calles del pueblo, recorriéndolas mientras que a su paso se escucha el sonar de una campana que anuncia su llegada.

Así, "El padre sin cabeza" evita la profanación del lugar, que hoy en día sigue siendo un recinto religioso.

“A muchos de los pequeños les provoca miedo sus sombríos pasillos, pues es muy conocida la leyenda”, comentó Barrios, durante una charla con Notimex.

Amante de la historia, Barrios sonríe y disfruta al contar esta leyendas, que como él dice, dan otro color a su pueblo, donde hoy en día aún las familias se preocupan por reunirse y transmitir de manera oral estas narraciones.

Recordó que después de la catástrofe de 1937, cuando se destruyó gran parte del pueblo, este tipo de historias proliferaron, dando paso a la de “Teodoro”, un minero avaricioso que también representaba la riqueza que había en lugar.

Este hombre fue conocido por robarse las pepitas de oro de la mina, logró juntar suficientes para hacer una daga que era su orgullo, pero un día barrenan la mina en la que se encuentra quedando sepultado ahí y se dice que se aparece a los mineros con un cofre de monedas de oro.

“La tentación los hacia tomar una moneda, quedando malditos para siempre”, comentó, al recordar que en el siglo XIX y principios del XX las minas del lugar eran consideradas como las más ricas del país.

“La mina Dos Estrellas nos permite viajar en el tiempo y disfrutar de estas historias”, explicó el guía, quien aseguró que el departamento de cultura del lugar se ha dado a la tarea de acerca estas tradiciones a la gente del pueblo a través de cuenta cuentos y otras actividades.

“Tlalpujahua es un pueblo que se negó a morir después de la catástrofe de 1937, porque se hizo que se tuviera más amor por el lugar”, apuntó.

Aunque sin duda ese pasaje doloroso en la historia del pueblo también ha sido muy socorrido por la cultura popular, ya que incluso se ha llegado a especular que la historia de Stephen King, “It” podría haber salido de este lugar.

“Tlalpujahua era un pueblo muy rico, contaba con muchos servicios que en otros lugares ni se pensaba, sin embargo con los aludes se pierde todo y se tiene que reconstruir el lugar a unos kilómetros de distancia”, comentó.

La Torre del Carmen, queda como símbolo de lo que pasó, pero también sirve para dar origen a la leyenda de un payaso que queda sepultado ahí y que ahora aparece a los niños.

“La leyenda es muy similar”, señaló el cronista mientras ríe y retoma la plática con una última trama de “La niña del muro”, ubicada en la época de la Guerra Cristera.

Se dice que una madre, para evitar que su hija fuera robada por los militares, la escondió en muro falso, sin imaginar la gran catástrofe que se vendría y que sepultaría el pueblo, dejandola atrapada por toda la eternidad en esas paredes.

Ahora se dice que por las noches se pueden oír los lamentos de esta pequeña pidiendo ayuda y que la saquen de la paredes de este pueblo milenario.

“Las leyendas son solo la puerta de entrada a este pueblo mágico de cultura y tradición”, aseguró Rafael Barrios.

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