En México era conocida como una de las tres brujas del arte, junto con Leonora Carrington y Kati Horna.
María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga nació en España en 1908. A la edad de 15 años ingresó a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Su primera experiencia en la publicidad la tuvo muy joven en su país natal. En 1932, ya establecida en Barcelona, trabajó para una empresa farmacéutica junto con Gerardo Lizárraga, su primer esposo y quien era director artístico de la Walter Thompson Company. Sus extraordinarios dibujos ilustraban pócimas contra el insomnio y medicamentos.
Introducida en el movimiento surrealista, Remedios Varo se unió al grupo de artistas vanguardistas conocido como Logicofobista, que buscaba representar a través del arte, los estados mentales internos del alma, utilizando formas sugerentes.
Durante su estancia en París, fue gracias al poeta Benjamin Péret que tuvo acceso al círculo de André Breton en el que conoció a Max Ernst, Victor Brauner, Joan Miró, Wolfgang Paalen y Leonora Carrington.
De París tuvo que huir, tres días antes de la entrada del ejército alemán a esa ciudad. El exilio fue para ella la única salida del conflicto bélico que azotaba Europa. A bordo del buque Serpa Pinto, se dirigió a México en 1941.
Remedios Varo realizó diferentes trabajos artesanales y de decoración, como su colaboración con Marc Chagall en el vestuario para el ballet Aleko que se estrenó en el Palacio de Bellas Artes.
En México era conocida como una de las tres brujas del arte, junto con Leonora Carrington y Kati Horna. Fue en el territorio mexicano donde reforzó sus lazos con Benjamin Péret, quien marcaría buena parte del trabajo pictórico de la artista.
Estimulada por la ciencia ficción y el ocultismo, dio rienda suelta a la imaginación creando un inmenso repertorio de seres fantásticos. Tenía especial inclinación por los gatos, varias veces plasmados en sus obras.
Considerada una de las artistas más reconocidas del surrealismo, Remedios Varo murió en 1963 dejando testimonio del espíritu de una época, cuyos artistas fueron parte de una de las revoluciones más importantes del siglo XX.
Legado
En 2002, la historia de Remedios Varo quedó ligada al Museo de Arte Moderno. Anna Alexandra Varsoviano junto con su esposo, Walter Gruen, quien fuera la última pareja de Remedios Varo, se empeñaron en promover el trabajo de la artista y conformar una importante colección que fue donada al MAM, en memoria de su hija Anna Isabel Gruen Varsoviano. Desde entonces, la presencia de Varo es parte de la identidad de este museo.
En 2015, mediante testamento, Anna Alexandra Varsoviano estipuló que parte del archivo personal de Remedios Varo quedara en manos del INBA/Museo de Arte Moderno, mismo que puedes apreciar por vez primera la exposición Adictos a Remedios Varo Nuevo Legado 2018. Se trata de hallazgos de carácter histórico y personal que revelan rasgos de la personalidad de la pintura como su tendencia a coleccionar amuletos, piedras y objetos simbólicos, así como el intercambio epistolar que sostuvo con personalidades como Octavio Paz, César Moro, Óscar Domínguez y Leonora Carrington.