· La muestra concita discursos como la ciencia y la filosofía para ver el mundo con otras perspectivas, María
Antonia González Valerio.
Repensar los espacios en los que nos movemos como algo más allá de un cúmulo de estructuras con límites existentes dentro del espacio cartesiano y entenderlo en términos históricos, biológicos y sociales como algo que se encuentra en constante negociación, es uno de los objetivos principales de la exposición Espacios de Especies.
La doctora en filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Antonia González Valerio, dijo en entrevista con el Foro Consultivo Científico y Tecnológico que la muestra, compuesta por 14 piezas de artistas nacionales e internacionales: “nos obliga a cuestionar qué es lo que somos, cuál es la relación que establecemos con los otros seres vivos, con otras cosas que hay en el espacio. En vez de podernos pensar como entidades autónomas tenemos que pensarnos siempre en función de las circunstancias que nos rodean porque éstas terminan siendo determinantes para aquello que somos (…) al final de lo que se trata es de poder pensar el entorno”.
En este sentido, repensar el entorno tiene un impacto directo en la forma como nos relacionamos con él pero también en cómo buscamos entenderlo por medio de la ciencia. Como bien explicó la doctora González, ningún concepto surge de la nada o solo a partir de la investigación y la experimentación sino que es el resultado del diálogo de diversos agentes a través de la historia.
Al respecto, una de las piezas más representativas es “Instrucciones para construir una especie”. La filósofa Gema Argüello Manresa y la diseñadora gráfica Lena Ortega Atristain, quienes formaron parte del equipo encargado de montar y diseñar la muestra, compartieron que esta pieza toma un elemento biológico tan cotidiano como un helecho y juega con las diferentes taxonomías que éste puede llegar a tener dependiendo de la perspectiva desde la cual sea visto, lo que también culmina en la reflexión de que en ocasiones las taxonomías pueden ser imprecisas.
De la filosofía a la ciencia
Dar cabida a la coexistencia de dos disciplinas tan aparentemente opuestas como la filosofía y la ciencia tiene como resultado una reflexión más profunda sobre las formas cómo nos aproximamos al mundo en nuestros esfuerzos aprehenderlo. En este sentido, esta exposición “induce a que las personas y las científicas se planteen otras formas de ver el mundo y hacer ciencia”, explicó la doctora González.
Otra de las reflexiones presentes es poder empezar a ver el mundo en términos ecológicos, lo que a su vez puede tener efectos en las formas como hacemos política pública. “Nos obliga a repensar qué es lo que estamos haciendo en la transformación material del mundo cuando no tomamos en cuenta que, finalmente, hay que hablar en términos ecológicos, es decir, de las relaciones que se establecen de los organismos con su ecosistema, con el medio ambiente, que afectan las unas a las otras; los organismos afectan al medio ambiente y el medio ambiente afecta a los organismos”.
La exposición surgió como el resultado de las reflexiones planteadas en el proyecto PAPITT “Medio y especie: ecología y evolución desde la filosofía natural”, y se presenta en el marco del N Festival, una iniciativa de Arte+Ciencia UNAM. Estará exhibida en el Centro de Cultura Digital bajo el tema de epigenética y espacialidades múltiples hasta el 15 de febrero del año en curso.
Pie de foto: “Nos obliga a cuestionar qué es lo que somos, cuál es la relación que establecemos con los otros seres vivos, con las otras cosas que hay dentro del espacio”, María Antonia González. (Foto de: Lena Ortega Atristain).