La construcción, reparación y cuidado de los niños Dios es una tradición mexicana que sigue vigente cada 2 de febrero y nunca muere a pesar del
paso del tiempo y los nuevos paradigmas.
"Uno como católico ve (a la figura) como el Niño Dios de chiquito, y eso es muy importante para nosotros", explicó este lunes a Efe María del Consuelo, quien viste niños Dios para otras personas.