Estas fechas están repletas de celebraciones compartidas en muchos lugares del mundo, aunque en cierta medida se van a restringir por la pandemia, pero en otros puntos del planeta son especiales, diferentes. Estas son algunas de esas tradiciones únicas para disfrutar de la Navidad.
Nos encontramos en una Navidad marcada por la pandemia de covid-19 pero, con todo, aunque sea de distinta forma, las fechas destacadas se van a festejar. Son fiestas celebradas por millones de personas alrededor del mundo cada año y, aunque hay tradiciones comunes a todas ellas, existen otras que son propias de ciertas culturas y países. Merece la pena recorrerlas.
Iluminación festiva
La iluminación es un elemento decorativo habitual de estas fechas, pero en algunos lugares del mundo toma una relevancia mayor y se convierte en una expresión artística propia. Como, por ejemplo, en Filipinas, uno de los pocos países asiáticos con mayoría cristiana.
En San Fernando, una ciudad a poco más de 70 kilómetros al norte de Manila, se celebra cada año, desde hace más de un siglo, el Festival de la Linternas Gigantes. Esta localidad es conocida como la capital de la Navidad de Filipinas y la celebración atrae a miles de visitantes.
En este festival, los diferentes barrios compiten por que su “parol” gigante, un nombre que deriva del español “farol” y que simboliza la estrella de Belén y que aúna luz, movimiento, música y artes plásticas, sea el vencedor.
Un monstruo navideño
Los niños y adultos en Austria que se portan bien esperan que San Nicolás, en quien se inspira Santa Claus, les de mandarinas, frutos secos y dulces el día 5 de diciembre. Los niños y adultos que no han sido tan buenos, temen que los Krampus, que acompañan a San Nicolás, les pueda dar en las piernas con las ramas que llevan.
El Krampus es un ser, mitad cabra mitad demonio, que castiga a los pequeños cuyo comportamiento ha dejado que desear. Su origen está ligado a rituales paganos germánicos del solsticio de invierno.
Según la leyenda, es hijo de Hel, la diosa nórdica del inframundo. Cuando el cristianismo se extendió y asentó en el continente, la tradición fue perseguida y finalmente se asoció a la Navidad.
La Navidad está asociada en el imaginario común a comidas y cenas especiales, con elaborados menús y mesas adornadas. Pero en Japón, sin embargo, la cena “típica” de Nochebuena es el pollo frito. Concretamente el de la cadena de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC).
Esta “tradición” comenzó el siglo pasado, cuando en 1974 la empresa lanzó una campaña cuyo slogan era “¡En Navidad, Kentucky!”. La estrategia publicitaria caló entre los consumidores y, desde entonces, no es raro ver colas en los establecimientos en estas fechas navideñas.
El país asiático no tiene tradición cristiana, las religiones predominantes son la budista y sintoísta pero, de todas maneras, cuando llegan esos días tan especiales, ciudades como Tokio se llenan de luces y adornos.
Esconder escobas
Si alguien quiere barrer antes de la cena de Nochebuena en Noruega, puede que le cueste encontrar una escoba para hacerlo.
Los noruegos han vinculado la víspera de Navidad con el momento en que brujas y otros espíritus deambulan surcando los cielos de los pueblos y ciudades. Por eso, los noruegos optan por esconder las escobas para no facilitar el transporte a las brujas.
A golpetazos
En la localidad de Santo Tomás, en Cusco, en el sur de Perú, celebran la natividad de Jesús de una manera muy curiosa: a patadas y puñetazo limpio.
Cada 25 de diciembre se celebra el “Takanakuy”. En la plaza de toros de Santo Tomás, los vecinos liman asperezas en peleas. Una persona puede retar a otra, ocupando el centro del recinto y mencionándolo.
Luego, el retado puede o no aceptar. Tras unos minutos de pelea, pelillos a la mar y un abrazo. Takanakuy es una palabra quechua cuyo significado es “golpearse entre sí”.
Telas de araña
El árbol de Navidad es uno de los principales símbolos de estas fiestas. Habitualmente se trata de abetos que se adornan con bolas brillantes de colores, estrellas, guirnaldas, luces… a los que en Ucrania se suman… telas de araña.
Las telas de araña, artificiales, son un elemento decorativo más propio de otras festividades, como Halloween, pero en Ucrania son parte indispensable de la decoración navideña y las hay de diferentes formas y colores: clásicas, modernas, con araña incluida o sin ella, con purpurina, etc.
En la tradición del país, son símbolo de buena suerte y su origen se remonta a un cuento sobre una familia pobre.
Tras la caída de una piña fuera de la cabaña en la que vivía una viuda con sus hijos, comenzó a brotar un árbol, que cuidaron para que creciera. Cuando llegó la Navidad, tenían árbol, pero no podían decorarlo, así que los niños se fueron a dormir apenados.
A la mañana siguiente se despertaron y vieron que las arañas de la casa habían tejido sus hilos por las ramas y, tras alcanzarles los primeros rayos del sol, se habían convertido en oro y plata.