México, 19 de septiembre 2022: Ante la amenaza de muerte, Salman Rushdie respondió con la visibilidad del cuerpo y de
la obra literaria. Esa apuesta es valiente y además es un posicionamiento estético y político, el cual sostiene hasta el día de hoy, en estos momentos, en el hospital, señaló Aurora Piñeiro, académica de la Facultad de Filosofía y Letras, durante la charla Caso Rushdie: libertad y censura, organizada por la UNAM.
Acompañada de Pedro Ángel Palou, Gastón García Marinozzi, Julieta García y de la directora de Literatura y Fomento a la Lectura (DLFL), Anel Pérez, Piñeiro agregó que Rushdie se ríe y continúa diciendo: “‘sigo apostando por la libertad de pensamiento, por la libertad de expresión’. Está clarísimo que no se va a dejar intimidar”.
Por su parte, el escritor Gastón García Marinozzi expuso que hay tres grandes razones que se activaron a partir del viernes 12 de agosto (día del atentado contra Rushdie): “la primera y principal es el riesgo a perder la vida, el cuerpo atacado; lo segundo, por fin la concreción de la amenaza que estaba latente –aunque ya había varias víctimas alternas como editores y traductores de la obra de Rushdie, el miedo que transitó por más de tres décadas dio otro paso adelante con alguien dispuesto a llevarlo al siguiente nivel–; y la tercera es ese repliegue de la libertad de pensamiento y de expresión a partir de la amenaza hacia Rushdie”.
García Marinozzi precisó que “hay mucha gente en nuestros contextos democráticos y de libertad que tienen un posicionamiento que debilita la defensa de la libertad de expresión. No debería de haber peros al momento de defenderla”.
En tanto, Pedro Ángel Palou afirmó que “Rushdie es una figura mítica, pero sigue siendo un ser humano, y los hechos del viernes 12 de agosto en Nueva York lo confirman. Acotó que el agresor nació una década después del lanzamiento de la fatua, y “también sabemos por la noticias que tan sólo leyó tres páginas de la novela. No hay ningún otro autor en la historia de la literatura moderna que haya sufrido este grado de censura y este grado de persecución. De acuerdo con el PEN Club, actualmente hay 400 autores perseguidos en el mundo, pero ninguno ha sufrido como Rushdie”.
El autor de Con la muerte en los puños precisó que aunque muchos periodistas especializados comentan que Rushdie bajó la guardia y por eso sufrió la agresión, “para mí es más bien un acto de coraje el tratar de llevar una vida normal, después de tantos años de ser perseguido”.
García Marinozzi dijo que estamos viviendo un orden muy peligroso que además está condimentado por el componente identitario. “Hay una generación, un clima de época terrible, casi le llamaría fascismo identitario, con el que toda definición y visión del mundo es del grupo al que yo pertenezco. Ese grupo es el que genera estos peligros de odio y discriminación. El extremo de esto es el fundamentalismo y los asesinatos”.
Piñeiro concluyó que Rushdie no es sólo el escritor de Los versos satánicos, sino el creador de 14 novelas, 12 volúmenes ensayísticos, una colección de cuentos y editor de varias antologías de prosa breve. “La censura es grave e inaceptable, pero cuando los artistas o creadores se resigan a autocensurarse, estamos en un territorio mucho más grave”.
La enseñanza indirecta de Rushdie, relató Pedro Ángel Palou, es que tenemos que proteger la libertad de expresión con todo lo que tenemos. “Hay que recordar que el mundo era distinto hace 33 años cuando se publicó la novela. También de acuerdo con el PEN Club, 65 por ciento de los escritores norteamericanos se autocensuran para evitar la crítica”.
Finalmente, Anel Pérez indicó que, “aunque la charla fue organizada por la DLFL, en realidad esta actividad habla por toda la Universidad Nacional, que en su conjunto defiende que la literatura es un espacio de libertad y nunca un campo de batalla”.