MÉXICO, 25 enero 2023 —En los últimos años, la sociedad ha sido consciente de que los problemas ambientales generados de manera local
o global tienen un gran impacto en las comunidades y en el país. Las instituciones educativas en México han implementado en sus programas de estudio temáticas y estrategias de educación ambiental (EA) para propiciar que los estudiantes se involucren en problemáticas de su entorno.
Ello les permite desarrollar, en un proceso de aprendizaje, conocimientos sobre su medio o entorno, así como saberes, capacidades, habilidades, actitudes y valores, para que puedan actuar con autonomía y proponer soluciones a dichas problemáticas.
Uno de los propósitos de la educación ambiental es instituir las condiciones culturales apropiadas para atender los problemas ambientales, por lo que es importante que el alumno desarrolle habilidades para definir, situar y conocer los problemas y sus consecuencias, para que consiga la habilidad de visualizar el efecto que tiene de manera inmediata en su vida cotidiana, de esta manera adquirirá conciencia sobre su importancia como parte de la solución.
Con la EA, el alumno tendrá la capacidad de elegir e implementar estrategias. Estos son algunos de los mecanismos cognitivos y afectivos que debe poseer una sociedad educada ambientalmente, además debe desarrollar valores de manera libre y responsable.
La alfabetización ambiental contribuye a la educación integral de los alumnos y a la cultura básica. Una forma de evidenciar que los estudiantes han adquirido un aprendizaje significativo es cuando se observa un cambio de su parte hacia el medio ambiente, porque se logra una relación entre los conocimientos adquiridos de las problemáticas de su entorno y las actitudes ambientales que se tienen (Marcote y Suárez, 2005).
En este mundo globalizado, la EA se adapta para impulsar los cambios. Marcote y Suárez (2005) conciben la complejidad ambiental como la transformación del conocimiento y las prácticas educativas para la construcción de nuevos saberes que conduzcan a un mundo democrático y sostenible; es aprender del ambiente a partir del potencial ecológico de la naturaleza y las culturas.
La Comisión Mundial para el Desarrollo y el Medio Ambiente creó el término “sostenible” en 1987; en 1992 la Conferencia de Río lo redefinió como “una forma de coevolución de la sociedad y la naturaleza que consigna asegurar la supervivencia y el desarrollo seguro de la civilización y la biósfera”. Por tanto, la sostenibilidad ambiental es el equilibrio social, económico y medioambiental que garantiza una continuidad para las siguientes generaciones.
Las problemáticas del medio ambiente se pueden abordar desde varios enfoques y perspectivas de forma interdisciplinaria, además se puede trabajar de manera colaborativa con otras asignaturas y con diferentes grados de complejidad.
La UNESCO señala que para lograr el desarrollo sostenible se necesita un cambio en la forma de pensar y de actuar de los estudiantes, sólo si adquieren habilidades, conocimientos, saberes, capacidades, actitudes y valores sobre la importancia y el impacto que tienen estas problemáticas sobre sus vidas, desarrollarán un interés por proponer soluciones, así, contribuir al desarrollo sostenible.
Griselda Chávez Fernández