Veracruz, 27 de marzo 20223— Los títeres, de diferentes edades y rostros, rodean cada espacio de un mexicano con alma de niño
llamado Lorenzo Portillo Armendáriz, quien mantiene viva la tradición de las marionetas este Día Mundial del Teatro.
En barrios populares, parques, canchas deportivas y en espacios teatrales del estado mexicano de Veracruz, donde reside, y en otras regiones del país y de Centroamérica, Lorenzo y sus docenas de marionetas construyen historias para la niñez y sus padres.
“Nos parece importantísimo que el teatro con títeres encuentre cómo llegar no solo en las salas de teatro, sino que regrese a lo popular, a las plazas, a los espacios donde están los púbicos y los públicos sean invitados a participar”, afirmó el titiritero en entrevista con EFE.
El artista estudió en la Facultad de Artes de la Universidad Veracruzana, donde aprendió al lado del argentino Carlos Converso, uno de los titiriteros y referentes más importantes en México.
Desde entonces entrega su alma y cuerpo al teatro de títeres infantil.
- LA LUCHA POR EL ARTE -
La historia de Lorenzo refleja el esfuerzo por mantener vivo el teatro en México, donde solo cerca del 12 % asiste al menos una vez al año a alguna obra, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), por lo que es la actividad cultural con menor asistencia.
“Cada vez más hay una sociedad que responde a una tecnología muy abrumadora y de inmediatez, las infancias tienen en un clic un acceso tremendo a las tecnologías, entonces lo que nos gusta del teatro de títeres es que alude a la sencillez y permite que el público encuentre esta forma de saber estar y escuchar”, comentó Lorenzo.
Con sus marionetas de hilo, guiñol, cachiporra y mojigangas, creó, junto con David Estrada, el Grupo Merequetengue, una agrupación de teatro y producciones escénicas.
También fundó el centro cultural El Rincón de Los Títeres, primer teatro en México para marionetas edificado con recursos públicos locales, sociedad civil y un grupo de artistas independientes.