México, 30 de marzo 20223—Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de problemas vinculados al
neurodesarollo con manifestaciones principalmente cognitivas y comportamentales que ocasionan notables limitaciones en la autonomía personal.
Se definen por la presencia de alteraciones en la interacción social y la comunicación, una importante restricción en el repertorio de intereses, la comunicación, actividades y conductas.
Tienen un origen multifactorial, sin embargo, la genética constituye el más importante.
Casi 2/3 partes de los pacientes con diagnóstico de autismo pueden presentar un cociente intelectual por debajo de 70 y déficit en el nivel adaptativo sugestivo de retraso mental.
La gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de comportamiento restringidos y repetitivos, como:
-Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o repetitivos.
-Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal.
-Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o foco de interés.
-Hiper – o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno.