México, 13 de abril 2023—La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México prometió
el jueves hacer más para proteger a la vaquita marina, una marsopa en grave peligro de extinción, con el fin de evitar sanciones comerciales de la convención ambientalista CITES.
La Semarnat anunció que se seguirán siete pasos, incluyendo el control de redes agalleras ilegales que pueden atrapar y causar la muerte de la vaquita, el mamífero marino más amenazado a nivel mundial.
Pero los expertos tienen sus dudas: dicen que México ha hecho casi las mismas promesas en el pasado y no las ha cumplido, e incluso se ha retractado de algunas.
Se calcula que sobreviven aproximadamente ocho ejemplares en el Golfo de California, también conocido como Mar de Cortés, el único lugar en que habitan. A la especie no se le puede capturar, mantener ni reproducir en cautiverio.
A fines de marzo, la CITES —Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres— hizo un llamado para que los 184 países que la integran dejaran de comercializar productos mexicanos vinculados a especies en situaciones delicadas, como orquídeas, cactus y pieles de cocodrilo y víbora, a modo de sanción porque continúa la pesca en la zona de protección de la vaquita en el alto Golfo de California.
El organismo señaló el jueves que se suspendieron esas sanciones después de concretar un acuerdo con México.
La CITES regula el comercio y la protección de especies amenazadas. El comercio de algunas especies protegidas está permitido, como el de cocodrilos de criadero para el uso de sus pieles en zapatos o bolsos, pero esa actividad es regulada de cerca.
Alejandro Olivera, representante de México para el Centro para la Diversidad Biológica, se mostró escéptico ante el anuncio del gobierno.
“El gobierno mexicano ha estado prometiendo eso desde que se publicó el primer plan en septiembre del 2020. No sé qué vaya a ser la diferencia ahora”, comentó.
México no ha actuado lo suficientemente rápido para detener el uso de redes agalleras ilícitas utilizadas en la pesca de la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria es considerada un manjar en China. Las redes usadas en este tipo de pesca también atrapan y ahogan a las vaquitas.
El gobierno mexicano le prometió a la CITES que controlaría las zonas autorizadas de llegada y partida de los barcos pesqueros para garantizar que no invadan la relativamente pequeña “zona de exclusión” en la que fueron detectadas las últimas vaquitas.
Sigue viéndose a decenas de embarcaciones pescando en el área a pesar de la existencia del programa de la Armada de México de colocar bloques de hormigón con anzuelos en la zona para capturar las redes ilegales.
Olivera señaló que las autoridades prometieron utilizar un sistema de monitoreo satelital por GPS para rastrear a dónde van las embarcaciones, pero indicó que el gobierno mexicano dejó de pagar el servicio hace algún tiempo.
Los expertos también han dicho que por lo general el gobierno no despliega a elementos de agencias reguladoras ni policiales en los muelles y puntos de partida, y que muchos pescadores parten hacia el mar de forma ilícita desde las playas.
El plan de México dice que una máxima prioridad es la implementación de técnicas de pesca alternativas al uso de redes agalleras, pero los expertos resaltan que en el pasado el gobierno ha prometido hacer eso y nunca pagó para concretarlo. En consecuencia, señalan, los grupos privados pasan apuros para abastecerse de equipo de pesca alternativo que no atrape y ahogue a las vaquitas.
“Sigue dándose la pesca de camarón con redes prohibidas, y siguen sin inspecciones los puntos claves para el desembarque de las embarcaciones”, declaró Olivera. “Hasta ahora, todo está en papel. Por lo pronto, la vaquita está al borde de la extinción. Por lo tanto, todas estas medidas se deben de estar implementando ya, de manera urgente”.
Las labores de protección del gobierno han sido, en el mejor de los casos, irregulares, y a menudo enfrentan la oposición violenta de los pescadores locales.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha negado en gran medida a invertir para compensar a los pescadores con el fin de que se mantengan fuera de la zona protegida de la vaquita y dejen de usar redes agalleras.
El grupo activista Sea Shepherd, el cual se ha unido a la Armada mexicana en los patrullajes para disuadir a los pescadores y ayudar a destruir las redes agalleras, asegura que esas labores han reducido la pesca con esas redes. Pero con tan pocas vaquitas restantes, eso podría ser insuficiente.