El Minotauro simboliza al marginado contemporáneo en la Galería del Centro Cultural “Los Talleres”

El Minotauro de la mitología griega simboliza, mediante su encierro en el laberinto, al marginado de la sociedad actual, en opinión del artista visual Oscar Velázquez.


“Al marginado contemporáneo (…) se le resguarda en estructuras disciplinares como el reformatorio o el reclusorio y en instituciones de control que aparentemente no remiten de manera consciente al encierro, como es el hospital, la fábrica, la escuela, el psiquiátrico, el monasterio, el asilo, etc., espacios donde se vigila incesantemente, se manipula el cuerpo, la mente y el corazón”, en palabras de Velázquez.
Ser híbrido donde convergen lo humano y lo animal, el Minotauro aparece en las 26 piezas que conforman la exposición Embates y vestigios del encierro, la cual se inaugura el 31 de agosto, a las 18 horas, en la Galería del Centro Cultural “Los Talleres”, en la que permanecerá durante todo septiembre.
“El Minotauro ha sido un personaje importante en gran parte de mi vida. Desde 1995 ya estaba presente en mi ideario como el ser que no tiene cabida en la sociedad, por haber nacido del encuentro bestial entre Pasifae y el toro blanco del mar que Poseidón manda a Minos, el rey de Creta”, comenta Velázquez.
Formado en los talleres de acuarela y anatomía artística de la Academia de San Carlos de la UNAM y egresado de la licenciatura en Artes Visuales de la Universidad de las Artes de Aguascalientes, Velázquez retoma la perspectiva del pensador francés Michel Foucault y la relaciona con el Minotauro, ser ominoso y oscuro de quien el mismo rey se avergüenza.
“En Vigilar y castigar, Foucault reflexiona sobre el marginado como el ser que hay que eliminar o esconder de la sociedad sea en el reformatorio o la cárcel. El marginado es el loco, el anciano, el homosexual, los estudiantes e incluso los trabajadores, porque son recluidos en instituciones para estandarizar su comportamiento y que puedan ser útiles para la sociedad”, añade.
Las piezas que integran la exposición Embates y vestigios del encierro se originaron a partir del collage, una práctica que realizaban los surrealistas con fragmentos de imágenes, que se descontextualizaban para generar un discurso distinto. Y es al momento de involucrar elementos tridimensionales que Velázquez las denomina “ensambles”.
“Uno de mis referentes más importantes es Joseph Cornell, artista estadounidense que realizó este tipo de trabajos (arte del assemblage o ensamblaje) que él llamaba gabinetes (cajas de madera en las que introducía objetos y grabados y en las que desarrolló un universo de símbolos personales)”.
Esta producción visual, realizada entre 2014 y 2015 por Velázquez, que por vez primera se exhibe en la Ciudad de México, incluye Laberinto Kinder, la habitación del saber, que representa al niño en la escuela dentro del salón de clases, institución que lo controla al dictarle qué debe aprender y hacer.
Los asistentes podrán admirar La pareja perfecta. Mademoiselle Panoptique-Minotauro Asterión, donde el autor hace una analogía con el panóptico, estructura de reclusión desde la que se vigila a los prisioneros. Gracias a su gran ojo, Mademoisselle Panoptique incluso puede ver el interior del Minotauro.
En Máquina de cuerpos dóciles, esclavismo moderno, el artista visual representa al empleado, a quien hay que darle cuerda para que trabaje, no piense y sólo actúe de manera mecánica y eficiente.
“Un tema importante dentro de la exposición son las marcas y signos que se inscriben en el cuerpo del marginado. Por una parte, están las huellas perceptibles a la vista, como las heridas, cicatrices o tatuajes, y, por otro lado, los signos que se perciben a través del comportamiento”, explica.
La exposición, que se exhibió en la Galería Ártica del Centro de Artes Visuales de Aguascalientes, cobra un nuevo sentido tras la pandemia de COVID-19, pues una de las preguntas que el autor hace a los asistentes es si han experimentado algún tipo de encierro y cuál fue su vivencia.
“Me interesa generar un diálogo con el espectador y dejarle un cuestionamiento para que haga su propia interpretación sobre lo que ve”, concluye Velázquez, a quien le resulta muy significativo el confinamiento al que nos vimos obligados, a causa del coronavirus, y que sigue latente en nuestras vidas ante la amenaza de una nueva crisis sanitaria.

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