Según datos del Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (CETRO-CRECE) el 75% de las startups o PYMEs
en México fracasan y cierran sus operaciones antes de cumplir los dos años de haber iniciado operaciones segun Erick Zendejas, responsable de liderar y motivar equipos comerciales, para lograr objetivos retadores, impulsando las metas personales y desarrollando las habilidades.
Y el problema no termina ahí. El 80% fracasa antes de los cinco años y el 90% no llegará a cumplir los diez años. Esto nos habla de un problema sistémico que es necesario resolver si se desea emprender en nuestro país, ya que no hay que olvidar que estos negocios, generan el 72% de los empleos en México y representan el 52% del producto interno bruto.
Es realmente lamentable observar cómo algunas empresas nunca logran alcanzar su punto de equilibrio, mientras que otras lo logran o incluso lo superan, pero no logran adaptarse a un mercado en constante cambio. También es desolador ver empresas que son rentables y capaces de superar los desafíos del mercado, pero que además, tampoco pueden perdurar debido a la falta de financiamiento.
Lo anterior obedece entre otros factores críticos, a uno o varios de estos elementos:
1. Modelos operativos poco escalables: Uno de los principales desafíos radica en la falta de modelos operativos que permitan el crecimiento escalable. Las empresas deben asegurarse de que sus operaciones puedan expandirse eficientemente a medida que crecen.
2. Falta de una verdadera alineación producto/mercado: Encontrar o configurar un producto o servicio que se ajuste perfectamente a las necesidades del mercado es esencial. Sin esta alineación, las empresas luchan por atraer y retener clientes con resultados poco alentadores con demasiado esfuerzo.
3. Falta de resiliencia y valentía ante un mercado competitivo: En un entorno de alta competitividad, estos aspectos son fundamentales. Las empresas deben estar dispuestas a enfrentar la competencia feroz y adaptarse a las condiciones cambiantes. Claro, sin descuidar sus variables financieras pero enfrentando los desafíos con todo el talento y herramientas con las que cuente la compañía.
4. Falta de enfoque: El crecimiento efectivo requiere estrategias sólidas de adquisición y retención de clientes eficientes. La falta de objetivos en el mediano y largo plazos pueden limitar el alcance y la expansión de una empresa. No estás en un negocio sólo para mantener el día a día, la meta debe ser crecer.
5. Falta de comprensión del mercado: Cada mercado tiene sus particularidades y desafíos únicos así como sus motivadores y frenos. La falta de entendimiento de estas dinámicas puede llevar al fracaso.
6. Falta de posicionamiento de marca: Es esencial para adquirir y retener clientes en un mercado competido, y el branding se ha convertido en una herramienta poderosa tanto a corto como a largo plazo. Aquellas empresas que descuidan su marca corren el riesgo de perder relevancia en el mercado y no aprovechar su potencial. La marca debe ser precisamente, el activo más importante de una empresa.
7. Talento mal enfocado y liderazgos ineficientes: El equipo humano es un recurso valioso. La falta de alineación entre el talento y los objetivos de la empresa así como liderazgos ineficientes pueden llevar al desgaste de recursos y energía, los cuales deberían estar centrados en desplegar su potencial y crecer de manera constante.