Alemania, 19 de abril 2024 ::: Si quieres entender el mundo, no necesariamente tienes que recorrerlo.
Fue Immanuel Kant (1724-1804) quien lo demostró. Este 22 de abril se celebra el tricentenario de su nacimiento.
El filósofo alemán nunca abandonó su tierra natal en Prusia oriental, Königsberg (hoy Kaliningrado, un enclave de Rusia, entre Polonia y Lituania). Pero su comprensión del mundo no se quedó atrás: sus ideas revolucionaron la filosofía y lo convirtieron en un pionero de la Ilustración, que sigue siendo relevante frente al cambio climático o a las múltiples guerras y crisis de nuestro tiempo.
::: La idea de las Naciones Unidas y de una ciudadanía cosmopolita
En 1795, en su ensayo "La paz perpetua", Kant recomendó una "federación de naciones" como comunidad federal de Estados republicanos. Según Kant, la acción política debería guiarse siempre por la ley moral. Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), su obra se convirtió en el modelo para la fundación de la Sociedad de las Naciones, precursora de las Naciones Unidas, en cuya carta dejó su huella.
Además del derecho internacional, Kant también trabajó en la idea del derecho de ciudadanía mundial. Al hacerlo, rechazó el colonialismo y el imperialismo, formulando ideas para un trato humano a los refugiados. Según él, toda persona tendría derecho de visita en cualquier país, aunque no necesariamente derecho a recibir hospitalidad como residente.
::: A favor de la razón y la argumentación
Kant no basó la dignidad y los derechos humanos -religiosamente- en Dios, sino -filosóficamente- en la razón. Confiaba mucho en la gente. Nos creía capaces de asumir responsabilidad por nosotros mismos y por el mundo. Y de dominar la vida con razón y argumentos.
Formuló una regla básica: "Obra de manera que la máxima de tu voluntad pueda ser considerada en cualquier momento también como principio de legislación general". Llamó a esto el "imperativo categórico", según el cual, sólo deberíamos hacer lo que sea por el bien de todos.
En 1781, Kant publicó la que probablemente sea su obra más importante: su "Crítica de la razón pura". Allí planteó las cuatro preguntas fundamentales de la filosofía: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo esperar? ¿Qué es el ser humano?
Su búsqueda de respuestas a estas preguntas se denomina epistemología. En su tratado, diferencia de muchos filósofos que le antecedieron, explica que la mente humana no puede responder a preguntas como la existencia de Dios, el alma o el origen del mundo.