México, 4 de octubre 2024 ::: David Camacho, conocido como “David Da Vinci”, es un niño mexicano de apenas
10 años que ha sido calificado como un prodigio, gracias a su notable coeficiente intelectual de 162 puntos.
Para ponerlo en perspectiva, el famoso Albert Einstein tenía un CI de 160, lo que sugiere que David, originario de Querétaro, podría ser considerado más inteligente que el célebre Premio Nobel.
A pesar de su juventud, David no se limita a temas convencionales; su curiosidad abarca diversas áreas del conocimiento. La ciencia es, sin embargo, una de sus grandes pasiones. De hecho, ya ha tenido la oportunidad de visitar la NASA, la Agencia Nacional de Administración Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos.
Durante su visita a la NASA por el International Air and Space Program Jr., David tuvo la oportunidad de pilotar un "propio avión", así como experimentar actividades como el paracaidismo, que son parte del entrenamiento para futuros astronautas.
::: El descubrimiento de sus capacidades
Desde temprana edad Claudia, la madre de David, ha relatado que comenzó a notar el talento especial de su hijo cuando él apenas tenía cuatro años. En ese entonces, ella se dio cuenta de que David podía recitar de memoria las letras de 14 canciones.
Además, el niño ha sorprendido a muchos con su capacidad para aprender, habla cuatro idiomas, dominando alemán e inglés antes de ingresar a la primaria.
Su versatilidad no termina ahí; toca el piano, imparte clases de francés a través de videos en YouTube y educa sobre temas como la corrupción, la apreciación de la música clásica, la Revolución Mexicana y el descubrimiento de América.
Desde los seis años, David comenzó a compartir su talento en YouTube, donde lo hemos visto tocar obras de Beethoven, bailar el Lago de los Cisnes y comunicarse en inglés con su madre, demostrando un dominio sobresaliente del idioma.
A pesar de su excepcional inteligencia, David se siente limitado por la educación tradicional, que considera aburrida, ya que ha absorbido todo lo que le enseñan. En su Querétaro natal, no existen instituciones adecuadas para niños con su perfil.
David también es un niño comprometido con el medio ambiente, participa en actividades de recolección de material reciclable para ayudar a personas en situación vulnerable y, a pesar de no recibir apoyos gubernamentales, continúa su desarrollo.
Es de personalidad feliz y expresiva, pues no duda en interactuar con reporteros y compartir sus conocimientos. Aunque a sus 10 años posee más información que muchos adultos, se refiere a sí mismo de manera humilde y reconoce que aún tiene mucho por aprender.
La curiosidad científica de David fue despertada durante una clase de debate sobre si el ser humano realmente había llegado a la luna, lo que lo llevó a profundizar en temas de ciencia, tecnología y matemáticas.