México, 24 de marzo 2025 ::: No es sólo la escuela de cine más antigua de América Latina, sino la formadora de cineastas como
Jorge Fons, Alfonso Cuarón, Luis Estrada, Emmanuel Lubezki, Graciela Iturbide, María Novaro, Jaime Humberto Hermosillo, Flavio González Mello, Armando Casas, Issa López, Marcela Fernández Violante, Alfredo Joskowicz y Fernando Eimbcke, entre muchos otros.
En sus aulas han dado clase maestros de la talla de Jorge Ayala Blanco, Juan Mora Catlett, Jack Lach, Mario Luna, Iván Trujillo, José Rovirosa y Mitl Valdez, entre otros. En resumen, la historia del cine mexicano contemporáneo no se entiende sin su existencia. Hablamos de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), que abrió sus puertas hace 62 años como Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC).
La ENAC celebra su sexagenaria existencia de la mejor manera: trabajando. Su directora, Ángeles Castro afirmó que el festejo se realizará con la muestra fílmica que expone cada año trabajos de la comunidad de estudiantes; el apoyo a una ópera prima de ficción que se concluyó el año pasado para inscribirla en festivales; el inicio de la posproducción de una ópera prima documental sobre la etapa llamada de “la bola”, periodo de gran confusión en la lucha armada de la Revolución mexicana, en colaboración con la Filmoteca UNAM, entre otros proyectos. Además, comentó la directora, se está evaluando el actual plan de estudios para transformarlo y adecuarlo a los tiempos que corren.
Filmoteca UNAM rinde homenaje a la Escuela con el ciclo ¡Felices 62, ENAC!, integrado por cintas que señalan de manera puntual su relevancia.
“La ENAC es la escuela decana de cine en México y un referente obligado en la enseñanza de cine y en la formación de generaciones nuevas que le inyectan una sangre fresca y muy necesaria a la forma de ver y hacer el cine en nuestro país y que lo siguen haciendo todos los días”, destacó Hugo Villa, director de Filmoteca.
“Lo que se puede ver en la muestra ¡Felices 62, ENAC!, es un recorrido a través de los años de cómo han debutado generaciones, desde que se funda la escuela hasta el día de hoy, pasando por distintas interacciones tecnológicas y los avances en la propia forma narrativa que ha permitido la industria cinematográfica nacional. Creo que es una gran aventura de visionado de nuestro cine y del que produce la propia Universidad”, agregó.
El ciclo se llevará a cabo del 26 al 30 de marzo en la Sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario (CCU) y consta de dos programas de cortometrajes, así como las cintas El mago (México, 2004), de Jaime Aparicio; No es por gusto (México, 1981), de María del Carmen de Lara y María Eugenia Tamés; Vicios en la cocina (México, 1978), de Beatriz Mira Andreu; Todo el mundo tiene a alguien menos yo (México 2012), de Raúl Fuentes; Cosas de mujeres y Rompiendo el silencio (México, 1979), de Rosa Martha Fernández y Quebranto (México, 2013), de Roberto Fiesco.
Fundada en 1963 como CUEC, la ahora ENAC ofrece en sus instalaciones de Ciudad Universitaria la licenciatura en Cine con especializaciones en dirección de ficción, de documental o de animación, cinefotografía, guion, producción, diseño de producción, dirección de arte, sonido y montaje. Además de la maestría en Cine Documental y el doctorado en Artes y Diseño.
En 1968, a cinco años de su creación, sus estudiantes y maestros produjeron el primer largometraje de la escuela, El grito (México, 1968), de Leobardo López Arretche, un documental único que da testimonio de lo ocurrido en el movimiento estudiantil del 68, uno de los documentos más valiosos que se tienen de lo ocurrido, desde las primeras represiones del Estado hasta la masacre de la Plaza de las Tres Culturas.
“El CUEC fue la escuela semilla de muchas otras, porque forma cineastas, pero también cineastas-docentes y que luego irán, por ejemplo, al Centro de Capacitación Cinematográfica”, dijo la directora.
“A lo largo de los años ha desarrollado programas importantes como el de apoyo a óperas primas o el premio a cortometrajes, donde también se ha constituido como pionera”, concluyó Castro.