La Reforma del Estado en materia de comunicación no es un cambio jurídico más para modernizar al Estado mexicano, sino el fundamento central que le da vida a la sociedad, así lo señaló el doctor Javier Esteinou Madrid, del Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante la presentación del tomo La comunicación social y la reconstrucción de la nación mexicana, incluido en la colección Pensar en el futuro de México, manifestó que esta reforma es la más importante de la sociedad mexicana de principios del siglo XXI, pues será a partir de esta renovación como se determinarán las vías que modificarán o no los procesos para construir la conciencia colectiva nacional de principios del tercer milenio.
La doctora Patricia Ortega Ramírez, del Departamento de Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco, subrayó que con la reforma, las reglas del juego serán más justas sobre todo para la pequeña y mediana industria de las telecomunicaciones.
El Ejecutivo Federal, dijo, ya no será el que otorgue o revoque concesiones en esta materia. Las decisiones sobre cada concesión serán técnicas y no políticas, añadió.
Consideró que también se fortalecen los derechos vinculados con la libertad de expresión e información, así como con el establecimiento del acceso a las tecnologías de la información y la comunicación y a los servicios de radiodifusión y telecomunicación.
Al hablar sobre El poder mediático de la televisión y la transformación de la política, explicó que es necesario documentar la manera como se han dado las relaciones entre la televisión y el poder político, las cuales han permitido desarrollar un poder mediático que ha contribuido al desgaste de las instituciones del país.
Además, aseguró la investigadora, ha generado una crisis de la política, así como el entorpecimiento y la obstaculización de la democracia en México y de los medios más plurales que existen en todo el país.
La televisión no ha podido desarrollar una estructura plural para la expresión diversificada, en lo político, cultural, étnico, lingüístico en una sociedad, puntualizó Ortega Ramírez.
Afirmó que los medios han sido también lo que la sociedad y la clase política han dejado que sean; su poder ha crecido frente a una sociedad mayoritariamente complaciente, o acaso indiferente, ante lo que sucede día a día en las pantallas televisivas.
Éstos han consolidado su poder económico y político gracias a gobiernos que los han cobijado sin exigirles el cumplimiento cabal de sus responsabilidades, expuso la investigadora.
El poder de los medios y su incivil orientación sería ininteligible sin la complicidad de sus audiencias, que a fin de cuentas parecen incapaces de ejercer sus derechos de reunión y de expresión para exigir modificaciones, e incluso de ejercer su poder de apagar la televisión o la radio, de buscar fuentes alternativas de información o por lo menos de cambiar de canal.
El libro, coordinado por el doctor José Luis Zepeda, fue elaborado por investigadores del Departamento de Educación y Comunicación. La obra, editada por la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Xochimilco, forma parte de una colección de 21 tomos en donde se analiza de manera amplia los principales problemas del país, desde aspectos ecológicos, laborales, económicos y procesos electorales hasta salud, transporte y la situación de la mujer, entre otros temas.