95 años de Alí Chumacero

95 años Ali Chamucero

El día de ayer 9 de julio se conmemoró el 95 aniversario del natalicio de Alí Chumacero, escritor nayarita fallecido el 2 de octubre del 2010, famoso por su poesía que hacía referencia a la añoranza, la soledad, el amor y el tiempo.

Por este motivo se recordó en comunicado de prensa, su vida, influencias, personalidad y legado al mundo de las letras, nació en Acaponeta, Nayarit, donde vivió parte de su infancia para después trasladarse a Guadalajara donde comenzó su educación básica y la preparatoria, pero siempre mostrando su interés por el arte; en junio de 1937 ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, junto a su educación las obras de Enrique González Martínez, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Xavier Villaurrutia, José Gorostiza, Luis Cernuda, Vicente Huidobro, Vicente Aleixandre, Paul Valéry, Saint-John Perse, Paul Claudel, Rilke y T.S Eliot; además de los libros La destrucción y el amor de Vicente Aleixandre, la Antología de la poesía española contemporánea de Gerardo Diego y la Biblia, fueron parte importante de su formación en las letras.

En la presentación del libro Poesía Reunida. Alí Chumacero, editado por la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, la poeta, ensayista, traductora y crítica literaria Mónica Mansour se refirió de él como, “elegante, modesto y silencioso en la vida pública; inteligente y divertido en la conversación, y límpido y penetrante en la poesía”.

“Bebo porque no puedo comer con el estómago vacío”; “No conozco un abstemio longevo”; “Soy pobre, pero tacaño”; “Soy un genio, pero no se me nota”, y “El señor …(x) es de una incultura envidiable”, son algunas de las frases memorables que recordó Juan Gelman Burichson, poeta, traductor, periodista argentino y amigo entrañable del poeta, quien también recordó una charla con él en la que le dijo, “voy a vivir 200 años y no moriré de la picadura de un mosquito, sino a puñaladas de un joven marido celoso”, agregó su admiración por su expresión, “me gustaban sus frases, que además eran muy particulares, como ‘Nunca dejes a la mujeres, son hermosísimas’”.

Amante del Wisky, de la fiesta brava y de sus orígenes humildes, el autor de obras como: “Páramo de sueños”, “Imágenes desterradas”, también corrigió cientos de obras, entre ellas Pedro Páramo de Juan Rulfo y a diversos autores: Alfonso Reyes, Mariano Azuela, Gilberto Owen, Juan Rulfo, Julio Torri, Efrén Hernández y Xavier Villaurrutia. Además, participó en las colecciones Breviarios, Lengua y Estudios Literarios, y Letras Mexicanas, “El arte de corregir era algo que él dominaba porque era un gran corrector de estilo. Él me dio un consejo fundamental para corregir el poema: decía que era importantísimo escribirlo, pero igualmente corregirlo” agregó Hugo Gutiérrez Vega, poeta, escritor, actor, catedrático, académico y amigo entrañable del poeta.

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