El escultor y pintor mexicano Pedro Cervantes, destacado por la realización de caballos de metal, celebra el día de hoy 80 años de vida como uno de los artistas plásticos más activos de la segunda mitad del siglo XX, pues continúa trabajando y exhibiendo su obra.
Ejemplo de ello es la exposición “Paradigmas. Una década de escultura”, la cual se presenta en el Museo Federico Silva, de San Luis Potosí, y está dedica a los más destacados escultores mexicanos, entre ellos: Germán Cueto, Manuel Felguérez, Gunther Gerzso y Pedro Cervantes.
Pedro Miguel de Cervantes Salvadores, hijo del escritor Pedro de Cervantes Río y de Dolores Salvadores, nació un 2 de octubre de 1933 en la colonia Roma de la Ciudad de México, donde desde pequeño mostró intereses por la escultura y los caballos.
En 1951, a la edad de 18 años, el joven Pedro inició sus estudios en la Academia de San Carlos, Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de acuerdo a la página en Internet “Aldama Fine Art”.
En la década de 1950 el artista entabló la amistad con el muralista David Alfaro Siqueiros (1896-1974) de quien aprendió la técnica de la piroxilina y quien despertó su interés por los “murales escultóricos” dotados de relieve con la aplicación de objetos y materiales.
Su primera exposición individual “Cerámicas y Terracotas Policromadas” la presentó en 1958, año en el que tras conocer piezas de hierro soldado y policromado del escultor colombiano Rodrigo Arenas Betancourt (1919-1995), encaminó sus obras al trabajo de los metales.
A partir de 1960, Cervantes comenzó a trabajar con metal soldado placa y la vigueta de acero, realizando el relieve de los murales, esculturas monumentales y de pequeño formato, de acuerdo a la página electrónica del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Ese mismo año realizó una exhibición ambulante de su “Gallo de peleas” en diferentes estaciones del Centro Histórico de la Ciudad de México y al intentar ingresar al Palacio de Bellas Artes, la policía impidió su ingreso; escena que fue capturada por la lente del fotógrafo mexicano Nacho López (1923-1986), con el quien después tuvo una colaboración.
Como parte de los Juegos Olímpicos de México en el 68, Pedro Cervantes presentó sus obras en la Exposición Solar y por su escultura “Ícaro”, que actualmente se encuentra en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, recibió el Premio “Elías Sourasky”.
El artista ha tenido exposiciones en el Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Antropología e Historia exhibe una serie de dibujos Génesis de la creación, con el tema de Coatlicue que incluye un texto del escritor mexicano Rubén Bonifaz Nuño (1923-2013).
Asimismo algunas de sus obras son expuestas en el Museo de San Carlos y en el de Arte Moderno en donde en el 2010 presentó su libro “El cuerpo en el espacio. La vida de Pedro Cervantes”.
El escultor mexicano ha exhibido su obra en el extranjero; en 1974 participó en la muestra “Arte Mexicano Contemporáneo” del Museo de Arte Moderno de Tokio, Japón; en 1993 llevó a Bruselas “La escultura mexicana al fin del milenio” y en 1978 presentó su trabajo en el Museo de Bellas Artes de Caracas, Venezuela.
Conaculta dedicó un documental al escultor en 1999, que fue transmitido en por televisión nacional y que salió a la venta en formato VHS.
Actualmente y desde 2002 el escultor es miembro de la Academia de Artes de México.
Entre sus obras destacan “La Sirena y astronauta”, sus relieves en bronce en la Financiera de Nuevo León, el Relieve mural en el Instituto Mexicano de Comercio Exterior y “El águila y la serpiente” que alberga el Colegio de arquitectura de México, entre otras.