El doctor Salvador Díaz-Berrio, profesor-investigador y defensor del patrimonio cultural de la nación, falleció en este martes en la capital mexicana.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer el deceso del especialista en restauración de monumentos, cuyos restos están siendo velados en San Fernando (sur de la ciudad).
Luego de lamentar el deceso y expresar sus condolencias a los deudos, el INAH recordó que Díaz-Berro fue autor de más de 50 libros y textos en la profesión, así como experto internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inlgés) .
Fue, además, fundador de la Maestría en Arquitectura con Especialidad en Restauración de Monumentos de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (CNCRyM), donde impartía la cátedra de Teoría de la Restauración.
Díaz-Berrio, agregó, formaba parte del Comité Científico del Segundo Congreso Internacional de Arquitectura y Urbanismo Militar, que se celebrará próximamente en las instalaciones de la citada escuela adscrita al INAH.
Maestro de muchas generaciones de restauradores de bienes inmuebles, fue docente no sólo de la ENCRyM, sino en los principales posgrados de formación de restauradores en México, entre ellos el Centro Latinoamericano de Conservación UNESCO INAH-México.
Además de en las facultades de Arquitectura de la Universidad de Guanajuato, la UNAM, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, la Universidad Autónoma de Colima, y la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Xochimilco y Azcapotzalco.
De hecho, destacó el INAH, a su constante actividad se debe buena parte de las declaratorias de zonas de monumentos históricos, así como el desarrollo de los expedientes para el reconocimiento de ciudades históricas mexicanas como Patrimonio de la Humanidad.
En su trayectoria profesional dentro del Instituto fue funcionario siempre activo en el estudio y en el diseño de las políticas institucionales.
Sus compañeros y colegas lo recuerdan como funcionario ejemplar y responsable, investigador, profesor y defensor del patrimonio cultural de México y de otros países, que en 1986 obtuvo el Premio Francisco de la Maza del propio Instituto.