Recientemente electo miembro de El Colegio Nacional, el escritor Juan Villoro habló del cuento y la novela en los últimos 70 años, y en ese marco recordó que en 1958 Carlos Fuentes convirtió a la Ciudad de México en la protagonista absoluta de su relato "La región más transparente".
"En ese entonces, la Ciudad de México tenía cuatro millones de habitantes y hoy en día sería absolutamente demencial pretender hacer una novela que incorporara por igual todas las muchas ciudades que llamamos México", dijo Juan Villoro, al asistir a una mesa redonda en torno a los 70 años de El Colegio de México.
A él correspondió abordar el tema "Cuento y novela" en la sesión ayer, realizada en las instalaciones de la institución, en el Centro Histórico de esta ciudad. A su lado, estuvieron los también escritores Christopher Domínguez Michael, quien habló de "La narrativa", y Aurelio Asiain, quien disertó sobre "La poesía".
Villoro dijo que hay un filme en cartelera que habla de un fraccionamiento donde los ricos viven en la estratosfera, orbitando la Tierra, planeta convertido en un mundo desastroso, apocalíptico y degradado, "que es, sin ningún efecto especial de por medio, el Bordo de Xochiaca, aquí en la Ciudad de México".
Habitamos, dijo, una metrópoli posapocalíptica del futuro y captarla, es algo muy difícil. "La idea de lo urbano se ha refractado y se ha fragmentado lo suficiente para crear pequeñas ciudades de la imaginación", y en ese contexto, "hay escritores que han encontrado un sistema de interesarse por la ciudad".
Incluso, Juan Villoro opinó que se interesan no sólo por lo que está en la ciudad y recordó poemas de Fabio Morabito, incluidos en su libro "Lotes baldíos", y en el poema "Dueño de una amplitud", que habla del terreno que antecede a la construcción de una casa para entender la ciudad por sus huecos y carencias.
En cuentos como los que están en "La vida ordenada", personas tienen que fraccionar un departamento para incluir a otros inquilinos, "esa es una gran poética de los espacios de interés social; si Kafka llevó las oficinas a un rango poético, Morabito llevó al INFONAVIT a un nivel de excelsitud imaginativa".
Otros autores como Guillermo Fadanelli, explicó Villoro, "han zonificado la literatura urbana hasta crear un microcosmos del tamaño de un Oxxo, y esta tienda de conveniencia para ese autor es como el Agora en Atenas, donde se reúnen todas las personas para decidir las cosas de la ciudad, generalmente delictivas".
En esta ciudad que vivimos, abundó Juan Villoro, "no es casual que abunden los discursos posapocalípticos, desde ´La destrucción de todas las cosas´, de Hugo Hiriart, hasta ´Cerca del fuego´, de José Agustín, que es una novela sobre una persona que olvida los últimos seis años de su vida aquí.
"Sería imposible rastrear todas las tendencias del presente que vienen del pasado, pero últimamente ha surgido una forma literaria llamada autoficción, que es la propia biografía trabajada como si el autor se desconociera a sí mismo y de eso, ya hay varias novelas que combinan ficción y realidad", acotó Villoro.