Arranca con “Electra” año dedicado a Richard Strauss

opera

El año que Alemania dedica al compositor Richard Strauss, uno de sus músicos más universales, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, arrancó hoy con la representación de “Electra”, en la ópera de la ciudad oriental de Leipzig.

“Electra”, dirigida por el director musical de la ópera Ulf Schirmer es sólo una de las tres obras de Strauss que proyecta la ópera de Leipzig para esta temporada, junto con “Der Rosenkavalier” (El caballero de la rosa) y la nueva producción “Die Frau ohne Schatten” (La mujer sin sombras), considerada por el propio Strauss su obra central.

Durante el primer semestre de 2014 se esperan más de 350 representaciones de sus óperas en 80 producciones en todo el mundo. En Alemania, además de Dresden, están previstos homenajes en Garmisch-Patenkirchen, donde pasó gran parte de su vida.

En el estado federado de Sajonia, donde se ubica Leipzig, Strauss dejó numerosas huellas: en la ciudad de Dresden fue donde se estrenó “Elektra” el 25 de enero del año 1909, fruto de una estrecha colaboración con el escritor austriaco Hugo von Hofmannsthal, autor del libreto, a quien había conocido en París en 1899. Con él escribió otras cinco óperas, como “Der Rosenkavalier” en 1911 o “Ariadne auf Naxos” (Ariadne en Naxos) un año después.

La acción de “Elektra” se desarrolla en Micenas, directamente después de la guerra de Troya, con la venganza como hilo conductor:

Elektra quiere vengar a su padre Agamenón, asesinado por su propia madre Clitemnestra y su amante Egisto, el encargado de llevar a cabo la venganza es Orestes, hermano de Elektra, con un hacha que ha sido enterrada.

Hugo von Hofmannsthal convirtió el drama de Sófocles en una ambientación cuyo expresionismo asustó a la gente del recién estrenado siglo XX. La música compuesta con Strauss, que con su brutal fuerza suponía una ruptura con el romanticismo que cada momento está a punto de producir una auténtica explosión.

Se dice que el propio Strauss se quedó tan espantado de la violencia de su propia obra que su siguiente obra “Rosenkavalier” le sirvió para huir en la seguridad de la melodía para no repetir nunca más algo así.

Richard Strauss (1864-1949), considerado un instigador de la modernidad y el último representante de la era romántica, nació en Múnich el 11 de junio de 1864, como el hijo de un músico, y comenzó a componer a los seis años. Estudió Historia del arte y Filosofía, pero se hizo una carrera como músico. Pronto se convirtió en director de capilla, donde conoció la música de Johannes Brahms o de Richard Wagner.

Trabajó en las principales instituciones de Múnich y en el festival de Bayreuth hasta llegar a la ópera de Berlín en 1898, donde comenzó su carrera como compositor de música contemporánea.

Desde allí viajó y compuso numerosas óperas, algunas de las cuales se inauguraron en Dresden. En 1918 se mudó de Berlín a Garmisch y un año después asumió la dirección -junto con el austriaco Franz Schalk- de la ópera de Viena.

En 1920 logró realizar su primer festival de Salzburgo antes de pasar sus últimos años, caracterizados por la enfermedad, retirado en su casa de Garmisch. Tras la Segunda Guerra Mundial pasó un tiempo en Suiza antes de volver a Garmisch, donde murió el 8 de septiembre de 1949.

Controvertida y debatida ha sido su relación con la Alemania nazi, ya que en 1933 fue nombrado presidente de la Cámara de Música del III Reich, responsable entre otras cosas de prohibir la música de compositores judíos.

Se dice que Strauss intentó sin conseguirlo evitar la prohibición de la música de Mahler o Debussy y además había empezado a trabajar con un escritor judío en el libreto de una ópera, lo que le puso en el punto de mira del partido y provocó la dimisión de su cargo.

Continuó su relación con el partido nazi, aunque comenzó una crítica velada a la guerra, durante la cual intentó salvar a familiares de su nuera, que era de origen judío. En 1945 fue detenido por los soldados aliados estadounidenses, aunque su música le permitió no sufrir daños.

Y es que su música influyó en toda una generación de compositores alemanes y vieneses, muchos de los cuales habían llegado a Estados Unidos poco antes de la Primera Guerra Mundial.

Y en 2014, el mundo y especialmente Alemania tendrán la ocasión de conocer un poco más profundamente y redescubrir al gran compositor que fue.

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